Antiarrugas atómico 
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martes, 30 de septiembre de 2003

 
Hoy ha llovido todo el día, ha llovido sobre los que salían a trabajar, ha llovido sobre la camita donde yo tomo el sol, y ha llovido sobre mí. Pero sólo un momento cuando salí a comprar ratones, y no sobre mí sino sobre mi paraguas comprado en Moscú, mucho más preparado que yo.

Nunca te hartas de la musiquita de la lluvia aunque te la pongan todas la noches. Pasar páginas, pasear paraguas, esa cosecha de gotitas en la mano, un beso bajo la lluvia es el doble de beso.

Pero hay una cosa que me gusta más que la lluvia, y es la nieve. Abrir la boca para que entre ... ver su película en todas las esquinas ... congelarte y descongelarte los dedos queriendo ... un beso bajo la nieve es el doble que un beso bajo la lluvia, no me digas que no.

¿Y los días nublados? Perfectos para la fotografía, suavizan (son suaves). Y sales de la ciudad y cuántas más nubes tiene el cielo menos personas tiene la playa, y así, hasta que es tuya.

Y del sol ¿qué me dices? Te cambia de color y de humor. En primavera lo llevas como una flor, en invierno como un abriguito. Pierdes tu ropa cuando sale el sol. Pesa menos, se esfuma, adiós, y sales liberado de grandes bolsas y gorros, las faldas suben, los pantalones bajan, es verano.

Habría más maneras de hablar del tiempo, si alguien quisiera hablar. Si alguien quisiera hablar conmigo.

A mí me gusta todo, todo, tooodo, lluvia, nieve, nube y sol, soy insoportable, me van a encerrar por optimista.

(Bueno, si no me detienen antes por cursi).

Es que a veces me da el punto. Cada vez que llueve me temo.

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lunes, 29 de septiembre de 2003

 
Lunes 29 de Septiembre de 200003

Se supone que esto es volver a la normalidad.

El sueño: Estábamos en Hacienda, apoyados en el mostrador, preguntándole algo de papeles a una hacendosa mujer. Él, un chico alto, guapísimo, un poco rubio, un poco pecoso. Él tenía veinte años, yo, cuarenta. Y me dice, mirándome a los ojos, tú eres muy guapa, y yo le digo, y tú eres muy guapo, y pienso, oh, aquí va a haber rollo ....
Pero también anda por Hacienda un amigo mío, de estos que teniéndolos no necesitas enemigos. Y bromeando conmigo me tira al suelo y me embute un insecto enooooorme debajo de la camiseta. Y yo claro, empiezo a chillar y montar el padre y la madre de todos los escándalos y pienso, me cago en tó, mi chico está oyendo mi griterío y ahora no va a querer tener nada conmigo .... ayyyyyy .....

La realidad: Pues no sé, a veces una echa de menos un poco los días, no hace mucho, en que otro chico y yo íbamos dejando nuestras prendas repartidas por mi casa, en la mesa, las sillas, el suelo, la barra de la ducha, debajo de la cama, enroscadas en el ventilador .... y después a la hora de irse nunca se conseguía reunir todo, siempre faltaba algo. "Qué desordenada eres", me dijo una vez (de broma, eh). Pero yo le encaucé la vista hacia el techo, porque aunque es verdad que mi salón parece un Todo a Cien y mi cama un quiosco de prensa, el techo lo tengo perfectamente ordenado, allí todo está en su sitio y hasta parece que he barrido, y yo qué sé, a veces, sólo a veces, pienso que aunque recoja mi casa lo mío es la vida desordenada.

Y la realidad también es que aquello que digo de mi amante fue un poco ocasional y que se acabó sin más, y hoy he estado haciendo una traducción sobre neveras y congeladores que no estaba ni en Arial ni en Times New Roman sino en Group Sex, sí, parece de cashondeo pero hay una fuente que se llama así. Y recibo otra llamada, que si puedo hacer una traducción, y digo, "¿cuántas palabras tiene?" y me dicen "No sé, es de la guía de teléfono de Málaga".



Y esa es mi realidad.

Y esto lo pienso porque siempre lo he pensado, que algún día he de ligar en Hacienda.

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domingo, 28 de septiembre de 2003

 
Domingo 28 de Septiembre de 200003

Antiarrugas Atómico o como meter las bragas hasta en la sopa

He aquí un blog en que no aprehenderemos ninguna gran verdad más allá del color de las prendas interiores de su protagonista; a pesar de profesar un interés en la cultura, esta bitacorera nunca nos hablará de música, de filosofía o de literatura y su forma de entender la erudición consiste en perpetrar un dudoso márketing de artilugios de supuesta belleza y caminos netamente escrutables de alcanzar el coma etílico; parece que sus principales obsesiones más bien radican en la “cultura” del culto al cuerpo mal entendido, desde enmascarar con cremas sus incipientes arrugas hasta analizar, enseñar y perder su ropa íntima en un intento abyecto y procaz de ganar lectores a través de la búsqueda en el Google.

Adentrarse en esta bitácora es tropezarse con un caprichoso manierismo ineficazmente manejado y principlamente encaminado hacia exponer sus desnudeces físicas y espirituales mientras provoca a sus conurbanos practicando un sunbathing geográficamente mal aconsejado; sería manifiestamente posible evitar a sus lectores muchos de sus plomizos y cacareantes discursos, e incluso más elementos, si yo no me hubiera liado en mi propia frase. A pesar de su disfraz de chica presuntamente superhipermegaguay, sospecho que no es ni santa ni virgen.

Esporádicamente organiza absurdos concursos y me consta que jamás ha dado ninguno de los premios que promete.

Desgraciadamente este weblog es un ejemplo más de lo que un buen bitacoreante nunca debe de hacer: hablar de uno mismo en su blog. Yo nunca lo haría.

En fin, otra bitácora cuyas profundeces se dejan adivinar con sólo leer dos posts.

Te gustará si: no vas ni de intelectual orgánico ni de estreñido psicoanalítico y moral con leves toques lacanianos-derridaforresterianos

No te gustará si: te llamas Borjamari.

Calificación:



(Oyesss, es de cachondeo y lo he escrito yo eh.)

(Hombre, por si acaso).

(Si alguien no sabe de qué estoy hablando hoy, me estoy metiendo con un individuo que frecuenta nuestro mundo blog con la intención de someternos a un más que dudoso control de calidad. Pienso que no hay derecho. Que cada bloguero escriba lo que le salga de las narices sin que le insulte nadie por ello).

Mañana vuelvo a la normalidad jeje.



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viernes, 26 de septiembre de 2003

 
Viernes 26 Septiembre 20003

¿Dónde estaba yo?

Ah, sí, aterida de frío en la estación de Lyon, o algo así.

Pues llegué a Toulon y aquí hay una parte un poco confusa, o más bien yo estoy un poco confundida leyéndola, porque no comprendo bien porqué me comportaba de esa manera, que por qué yo tenía que ser tan jodidamente independiente todo el tiempo. Al llegar a Toulon lo lógico hubiera sido arrojarme a los brazos protectores de Philippe, ¿no os parece? y decirle, cariño, he cruzado dos grandes países de cabo a rabo en autoestop para verte, ¿no es maravilloso? pero qué va, primero me pasé un día, o una noche, o no sé qué historia en el Foyer de la Jeunesse viendo a mis antiguas amigas e incluso fui a la universidad a ver a no sé quienes, vete a saber porqué, sólo pongo que me llevó un tío en su coche y que me decía todo el tiempo que estaría encantado de tomar un "pot" conmigo ... bueno, yo creo que en el fondo hice lo del Foyer de la Jeunesse porque quería pegarme una ducha y lavarme el pelo antes de que nos viéramos, creo que con la pinta que tendría yo después de dos días de carretera sin dormir, mis motivos eran más bien terrenales y humanos (y tendría ganas de cagar, je). Pero así fue y después tuvimos una hermosa reunión y fuimos muy felices esa semana.

Nos fuimos a la casa donde vivía con su madre, su tía y su hermana, una casa enorme en un pueblito, con muchas habitaciones y recovecos, muy antigua, de "antes de la revolución". Allí me pasé la semana, sintiéndome como digo en mi diario "como una más de la familia, aunque no sabía si llamarles "tu" o "vous", y ostias, toda la comida que me dieron ...." (se ve que pasaba hambre, joé, las penurias de esa época también es algo que llama la atención).

Pero había un pequeño problema.

El frío.

Jooooéééée, yo no sé qué pasó ese año pero era como el récord mundial de la congelación en vida, "vraiment bizarre" como decían ellos, y lo primero que pasó era que se jodió toda la calefacción y el agua caliente en esa casa tan antigua y .. bueno, pa calefacción estaba Philippe, lo sé, pero .... Philippe estaba muerto de frío también. "Qué bonito", escribí, "anoche durmimos con toda la ropa puesta, los abrigos también"... y en un momento confieso a mi diario mi gran preocupación por si estoy "cegada por la aparición más sexualmente atractiva que te podrías imaginar .. es que eso en una relación estorba". No fuera a ser yo una depravada, o algo así .... cosas de la edad. Ahora no me importa. Bueno, no había peligro de dejarme cegar por el sexo, con esas temperaturas creo que muy pocas veces progresamos más allá de más pura amistad, joé, es que con los abrigos abotonaos hasta arriba .... Philippe era un tío definitivamente buenorro pero ... no, no era lo único en nuestra relación.

Llegó el día de marcharme y me marché, seguía tan jodidamente independiente como siempre, ni le echaba de menos. Todo me parecía muy bien, un hermosísimo recuerdo, una relación imposible por la distancia, y yo después de todo no quería novio, yo lo que más quería en mi vida era la libertad.

No tengo recuerdos del viaje en tren de Marsella a Paris (aunque sé que no he conseguido pegar ojo en un tren litera en mi vida, así que supongo que no dormí nada) pero en París ya saqué el dedo de nuevo, muy temprano por la mañana, antes de que saliera el sol. Y pa'l norte, cada vez más para el norte iba yo, al principio avanzaba bien, tenía grandes esperanzas de coger un ferry a las 12 o algo, pero luego ...



... estaba así, como en la foto, pero luego la nieve empezó a invadirlo todo, veía la nieve apilarse en montones cada vez más grandes a los dos lados de la carretera. Y el viento, sí, porque yo miraba la nieve y la nieve no caía de arriba abajo, sino de izquierda a derecha, y los coches me llevaban distancias cada vez más cortas, y luego todos iban al pueblo más próximo, y luego miro y no hay ni un solo coche en la carretera, solo nieve cayendo en horizontal y montonazos de muerte blanca por todos lados, y semi-oscuridad y silencio, sí, eso quizás era lo peor, ese silencio en plena carretera. Y yo andando en medio de la nada y pensando, llegaré bien, no voy a coger un tren, llegaré en el coche de alguien ... alguien ... optimista hasta los tuétanos, pero luego me di cuenta de mi otro problema, que era justamente mis tuétanos, que se estaban congelando.

Ya me habían hablado de lo que pasa cuando alguien la palma de frío, y me hacía gracia porque ese alguien era yo, y a veces tenía un dolor en las manos y en los pies, pero a la vez era como si todo me diera igual, y lo que realmente me apetecía era tumbarme, sí, tumbarme en la nieve a dormir, tenía un sueño delicioso, una flojera en todo el cuerpo, podría haberme quedado allí, en el barranco, a dormiiiiir..... pero bueno, llegó un coche. Y me subí y me vino un dolor insoportable en las manos, y no sabía qué hacer, no podía gritar porque me daba cosa por el pobre tío del coche, imagínate que se sube una autoestopista a tu coche y de repente empieza a chillar como un cerdo degollado. Vale, no gritaré, pensaba, pero es que tenía la cara completamente descompuesta y al final metí la cabeza entera dentro de la bolsa que llevaba para poder descuajaringarla como a mí me apetecía ... madre mía. Me dejó en un pueblo y ya le decía, ¿no hay estación de trenes por aquí?, ya había dicho adiós a mi autosuficiencia y a mi autoestop, ya sólo quería coger un tren o lo que fuera ... pero en ese pueblo no había estación, y a ver si iba alguien a Amiens, sí, Amiens era donde yo tenía que ir, me acabo de acordar.

Pues allí me dejó, a la salida del pueblo, a ver si alguien iba a Amiens. Y tendría yo una pinta tan lastimosa que una mujer que venía en su coche me vió y me dijo, pero hija, vente conmigo, y me llevó a su casa, y me dijo, yo te buscaré a alguien que te lleve a Amiens, y efectivamente me buscó a alguien. Sí, me llevó a su casa, me dió de beber, de comer, toalla seca, calor, y me hizo una foto con su hija pequeña. Y unas horas después el maestro del colegio me llevó a Amiens en su coche y de allí cogí el tren a Calais, a Dunkerque, o a Dieppe, eso no lo recuerdo, y tuve mucha suerte y cogí el barco porque todos los barcos iban tan superretrasados como yo y luego no lo sé, no me acuerdo.

Y llegué finalmente a mi casa, sí, la aventurera llegó a su casa, increible pero cierto, y todo el viaje creo que lo hice para ponerme a prueba y para ver si podía. Y claro que podía. Y no sé si esa semana toqué techo o fondo en mi vida, o qué es lo que hice exactamente, pero sé que conseguí lo que quería. Y lo tengo todavía, está aquí, míralo, es el recuerdo. Aquí está.



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jueves, 25 de septiembre de 2003

 
Jueves 25 Septiembre 20003

Joé, lo siento muchííísimo, ya sé que parece que me estoy quedando con mis lectores y sacando placer sádico de jugar con vosotros, pero hoy no puedo seguir con la historia de Toulon porque:

1) He tenido una avalancha de trabajo esta tarde, si fuera una avalancha de las de verdad por lo menos estaría fresquita, pero no, llevo todo el día aquí sudando y aporreándome cerebralmente con condiciones de garantía, muebles modulables y piezas de automóviles.

2) Y encima se me ha estropeado el ratón cuando se ha caido al suelo esta tarde, se cae al suelo unas seis o siete veces al día, eso no es nada de nuevo, lo nuevo es que se rompa. Y todos los tacos del mundo no han servido para resucitarlo así que .... varias horas aguantando y maldiciendo con el jodido touch-pad este. Ya lo había dicho en otro post (21 de junio), el Presario 2500 es una sofisticada máquina de matar.

3) Y encima hoy es Jueves Cultural, sí, se pueden imaginar las ganas que tengo yo hoy de cultura, estoy más bien pa apuñalar cuadros y aplastar canapés en las narices de la gente pero iré, y me tomaré una buena cerveza cuando llegue, oye, me la voy a tomar ahora mejor, últimamente hay demasiadas inauguraciones secas y no quiero correr ese peligro.

Aaaaah qué gusto. Ya me siento mejor. Y luego estos se quejan porque siempre llego tarde pero .... qué agobio. Mañana a la tienda de animales, a comprarme un ratón.

Pues nada, vamos a la inaugu de mi amigo Matías Sánchez para golpearnos con un muro violento, caótico, atormentado, descontextualizado, salvaje e irreverente rayando con lo cutre y lo kitsch (es maravilloso ¿verdad? no lo escribí yo, lo escribió un crítico, sí, de verdad) (ah, espérate, no, dice que eso es lo que no es, no, en vez de eso vamos a golpearnos con la cruda realidad, vaya, perdón, pues yo prefería lo primero). La cruda realidad sería que no hubiera copa ni canapés. Matías es genial, era compi mío de las colectivas en La Imperdible y ahora tiene muchísimo éxito (no como yo, aquí escribiendo un blog y jurando no volver nunca al arte ... ahem).

Bueno, que eso, ya he escrito un montón pero no he podido escribir lo de Toulon porque eso exige tiempo y concentración, que yo no tengo ahora. Mañana sin falta sin falta sin falta sin falta sin falta sin falta sin falta sin falta, ¿vale? Lo siento y gracias a vosotros cinco, sabéis quienes sois, muá.



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miércoles, 24 de septiembre de 2003

 
Miércoles 24 Septiembre 20003

Llevo cuatro horas y media en este bar, el bar de la estación de trenes de Marsella.

No, yo no estoy en el bar, es que estoy contando mi experiencia de cuando me fui a Toulon en autoestop a ver a Philippe (bueno, hice dedo desde Sheffield a París, y el resto en tren). Menos mal que me acuerdo de muchas cosas porque tengo muy poquito escrito en el diario al final. Estuve escribiendo un montón de horas, eso sí, en el bar de la estación de Marsella, cuando ya había estado en Toulon e iba a emprender el camino de vuelta. Marsella, Marbella .. lo que cambia un sitio por una letrita. En Marsella a las 4 de la tarde era demasiado peligroso salir a pasear, te atracaban. Tenía que esperar desde las 3 hasta las 8.30, que era cuando salía mi tren a París, pero por supuesto que ni se me ocurría dar un paseo. Me quedé en el bar escribiendo el diario. Con el dinero justo. Entre otras cosas escribí lo siguiente:

Ya son las seis y diez, ya sólo me quedan dos horas. He intentado hacer que un solo café me dure cuatro horas, cada vez que se acercaba una camarera hacía como si bebiera de la taza vacía, pero al final una de ellas ha sido más rápida que yo y me la ha quitado. Pero dentro de una hora y media o así voy a comer .. ¡qué bien! Qué haaambre ...
Hay poca gente aquí y la gente que hay, todos son muy raros, hay un chaval que esconde una botella de vino (de ese baratísimo que viene en botella de plástico) debajo de la mesa y cuando nadie está mirando llena su vaso. Y hay una chica negra que parece que va bien vestida pero cada vez que se marcha alguien va a su mesa y se come lo que han dejado. Y hay varios tipos que no se sabe .... mierda, se me ha sentado uno delante. Sigo escribiendo esto y no voy a levantar la cabeza hasta que se vaya ... (esta escena se repite tres veces, con tres tíos distintos. Del último digo: ¿Por qué, por qué hacen esto cuando hay tantas mesas vacías? Ahora oigo como está pensando en qué va a decir para empezar una conversación - ah, ya lo ha soltado - "tigeugen spiggler" o algo así. Bueno, mejor que "Man buddah, man buddah", que es lo que me dijo el último que se sentó aquí".)

Bueno, paso a las cosas que pasaron antes de ese álgido momento en el bar de la estación de trenes de Marsella. Eso ha sido para ambientar la cosa un poco.

Salí de mi casa en Sheffield y me llegué a París haciendo autoestop. Iba sola, llevaba una navaja de buceador que alguien me había prestado metida en las medias. ¿Eso es tocar techo o tocar fondo en la vida de una? Era algo que quería hacer... más que nada para ver si era capaz de hacerlo. Y lo era, lo era. En Sheffield compartía casa con cuatro estudiantes más, y Adrian, uno de mis compañeros, me dice que él también va a estar en París el mismo día que yo, con un amigo. Quedamos allí, para cuando yo llegara. Llego a París y es que en aquel entonces no existían los móviles, claro, y habíamos quedado "en la Torre Eiffel", sí, en un día y a una hora concreta pero .... cuando llego a la Torre Eiffel me doy cuenta de la idiotez que es quedar "en la Torre Eiffel". Hay algo así como cuatro mil personas dando vueltas por ahí, ¿cómo voy a ver yo a Adrian y a su amigo, cómo...? ¡Pero tuve una idea! Me puse allí de pie justamente debajo de la Torre Eiffel, sola y con pinta de cretina, en un arriate de rosales, donde no había absolutamente nadie (lógicamente, no suele haber nadie en los arriates de rosales). Espero unos dos minutos y aparece Adrian.

Muchísima alegría, lo del arriate ha sido una estrategia brillante. Adrian está solo, y le digo, ¿dónde está tu amigo? y me dice, "Él no ha podido venir, pero he decidido venir yo de todas formas, porque había quedado contigo".

Un poco raro, ¿no?

Pues lo que es a mí no me parecía raro. No le di demasiadas vueltas. Ninguna, vamos. Nos compramos una botella de vino y pan con paté y nos sentamos en un banco a comer, beber y hartarnos de reir, porque de los cien bancos o así que hay delante de la Torre Eiffel, ninguno mira hacia la Torre Eiffel. Le digo, yo mañana por la mañana a las ocho cojo el tren para Marsella ... y ¿tú dónde vas a dormir esta noche? Yo me puedo quedar allí también, ¿no? (porque claro, se suponía que su amigo y él iban a quedarse en casa de unos amigos). Y me dice, "yo, en ningún sitio. Si acabo de llegar y no he buscado nada, y cuando tú te vayas me voy otra vez para Inglaterra." No me digas que no es un poco extraño. Bueno, que no pasa nada, decidimos irnos de marcha toda la noche y a las 8 de la mañana, pues ir cada uno a su respectivo tren. Empezamos a visitar algunos cutrebares, pero al rato nos aburríamos y nos entraba sueño. Ya no merecía la pena pagar grandes cantidades por un hotel, porque era ya tan tarde ... intentamos dormir en la estación de trenes, pero echaron a todo el mundo y la cerraron. Nos fuimos dando vueltas por las calles, y .. no he pasado más miedo en mi vida. Se acercaba continuamente gente rarísima, nos seguían .... qué susto. Empezamos a decir, "esto no puede ser, vamos a buscar un hotel, aunque sea para cuatro horas, que nos van a matar, robar, violar, acuchillar...." Llamamos a la puerta de un hotel. No hay habitaciones. A otra. No hay habitaciones. Ya nos sentíamos totalmente desamparados y perdidos y cagaos de miedo ..... Llamamos a otro hotel y hay dos chicas allí preguntando lo mismo que nosotros, ellas también cagás de miedo .... y el portero dice, pues entrad todos porque yo lo siento mucho, no me quedan habitaciones, pero si está todo lleno podéis entrar aquí y pasar la noche en el vestíbulo." No podemos creernos la buena suerte que hemos tenido. Las dos chicas y Adrian y yo nos sentamos en los mullidos sofás del vestíbulo y casi no podemos creerlo. Pasamos el resto de la noche riéndonos con las chicas y escuchando a Jimi Hendrix y a Janis Joplin en el walkman de Adrian, un auricular para cada uno, el paraíso, vamos.

A las 8 localizo mi tren de Marsella en la estación, me subo, ¡adiós! ¡adiós!, ¡nos vemos en Sheffield!, y Adrian se va a su tren. ¿Qué puede fallar ahora? ¿Eh? Pues que me he subido al tren nocturno de literas que acaba de llegar de Marsella. Me bajo corriendo y voy a por el mío pero ya son las 8 y ha salido. Creo que soy una imbécil.

Bueno, pero no pasa nada porque al final me voy a Lyon en otro tren (donde pasé más frío que jamás en mi vida, por cierto) y allí cambio y cojo otro tren a Marsella, mi billete me valía, menos mal.

Esta historia se está alargando mucho así que lo que voy a hacer es continuar mañana, ¿vale? Sí, mañana cuento el resto. ¡Buenas noches!



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martes, 23 de septiembre de 2003

 
Martes 23 Septiembre 200003

No puedo con más Toulon hoy.

Lo siento, para mañana os prometo la historia completa de los amantes del círculo polar, es muy güay, merece la pena esperar, mañana sin falta sobre las 9 de la noche ¿vale? Empieza: "Llevo cuatro horas y media en este bar, el bar de la estación de trenes de Marsella" ... y termina "etc. Yo no creo en estas cosas. Pero así fue, un poco fuerte todo. Esa semana yo creo que toqué fondo, o techo, en mi vida, y no sé cuál de los dos." Como véis lo tengo bien preparado, pero no me sale por las cervecitas que me he tomado.

Volvamos a la realidad, por lo menos durante diez minutos.

Mi realidad es que son las doce de la noche y me he comprado un artilugio para rizarme el pelo por nueve euros, es que el otro día ví un aparato rizador de pelos en un escaparate y me llamó la atención, entré a preguntar y costaba 46 euros. Dije que no gracias pero el hombre se empeñó en mostrármelo con todo lujo de ángulos y detalles y me quedé con las ganas, y esta noche se lo expliqué a Catt y le dije como aquello era muy raro y que parecía un pepino con alambres circulares y me dice, "pero ¿estás segura que eso era un rizador de pelo?" y es verdad, ¿quién sabe qué era aquello, que valía 46 euros cuando los hay por 9 en el Corte Inglés.

Y el calor va bajando poco a poco, ya hemos entrado de lleno en septiembre, y no he podido tomar el sol hasta ahora por la conjuntivitis pero hoy como estoy mejor me digo, voy a tomar el sol. Y me quito toda la ropa, me embadurno bidimensionalmente de crema (que no me voy a echar en la espalda si no pienso darme la vuelta) y me voy a la camita que tengo montada en la terraza entre sábanas y otras barricadas por si alguien me ve. Y me tumbo allí, la temperatura perfecta, las sábanas bien puestas, ni una ventana que me vea, ni un helicóptero en el cielo, nada, perfecto .... ¿y ahora qué puede pasar? ¿Eh? ¿Eh?

Pues que viene un peaso cucaracha que estaba escondida debajo de la cama y viene corriendo hacia mí, y pego un salto en el aire dando unos gritos terribles. Y la tía viene derecho a por mí la muy lujuriosa aprovechándose de mi estado de indefensión y de desnudez. Yo salto al aire y sin nada con qué taparme, y viene hacia mí, y yo chillando, ¡ay! ¡ay! ¡ay! y no quiero que me miren pero es que no puedo evitarlo. Y ya delante de todas las ventanas de todo el vecindario, corriendo y dando saltos por la terraza en pelotas, qué vergüenza, madre mía, después de haberlo colocado todo con tanto esmero, ya me dirás si hay justicia en este mundo.

O sea, Vecindario 1, Pau 0. Una vez más.

Es mi destino, os lo juro.



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lunes, 22 de septiembre de 2003

 
Lunes 22 Septiembre 200003

Más historias de Toulon.

Todavía no puedo contar lo de mi segundo viaje por las nieves para encontrarme con mi amante, porque todavía tengo que leer esa parte en el diario, leerla, entenderla, digerirla, y luego lanzarla. Pero como algunos lectores tienen prisa .... pues vale. A ver si para mañana. Si no, como tarde para pasado, ¿vale?

Mientras tanto, otras historias de Toulon. Susana y yo llegamos allí para hacer un curso en la universidad porque se suponía que estudiábamos francés. Empezamos el curso y el primer día "un hombre peludo y aburridísimo nos ha hablado durante dos horas. ¡Ha sido horrible! No volveremos nunca más a sus clases". Tampoco volvimos muy a menudo a las clases de "filosofía, y de fonética, que son las peores, seguidas muy de cerca por las de vocabulario científico y técnico" ... ohú qué curso más insoportable, no me extraña que abandonáramos rápidamente la idea de estudiar algo y nos dedicáramos a otros menesteres.

No queríamos vivir en la residencia estudiantil, que nos parecía un gueto, pretendíamos hablar algo de francés durante nuestra estancia así que nos buscamos una habitación en el Foyer de la Jeunesse, sí, territorio de la temible Mademoiselle Marx, que como bien dice Javi es un "personaje digno de protagonizar un cómic". Teníamos un pequeño problema: nosotras vivíamos en el centro de Toulon y la universidad estaba a 8 kilómetros y uuh, chungo, no teníamos pelas para el autobús (si no teníamos ni para comer, recuerdo lo duro que era la dieta de "tartines de beurre", que suena bien pero que significa pan con margarina). Las pocas veces que fuimos a la universidad - casi siempre para ir a alguna fiesta - íbamos en autoestop, era por autopista practicamente todo el camino, yo no sé por qué pero me acuerdo que un día me habían dejado a la mitad del camino e iba yo transitando por donde no debía y oigo "clonc" y de repente me encuentro como en cuclillas ... mirando hacia arriba a un gran panel de señalización que me acababa de dar un porrazo en la cabeza.

Nuestro principal foco de interés en la universidad eran dos chicos irlandeses que nos parecían bastante sexys o ... algo así, yo qué sé qué vimos en ellos. Trabamos amistad y semi-ligue con ellos, pero sólo dieron lugar a desgracia, frustraciones y varias insondables borracheras, todo culminando en el día que nos apuntamos a una excursión de la uni, incluida en el precio del curso, claro, pero como nosotras no vivíamos en la residencia la uni pasaba de nosotras, no nos tenía en la lista de la excursión ni siquiera, y después de pasar una frustrante tarde en Nice viendo como ellos hacían buenas migas con todas las chicas que había en la excursión menos con nosotras vimos como salía el autobús de la uni hacia el próximo destino delante de nuestras propias narices con todos ellos a bordo .. y dejando a Susi y a Pauli de patitas en la calle. Sacamos el dedo, lo único que sabíamos hacer, y paró un Volvo (sí, el Señor obra por senderos misteriosos, y no lo hace nada mal, oye) y saltamos dentro y le dijimos al conductor, "SIGA ESE AUTOBUUUUUUUS!!!!!!", que ahora se alejaba en la distancia, pues en el poderoso Volvo conseguimos alcanzarlo y claro, nuestro vehículo siendo de techo retractrable (es que en la Côte d'Azur ... ) yo me pude poner de pie sobre el asiento y sacar el cuerpo por el techo gesticulando locamente al autobús, "EEEYYYY, OS HABÉIS IDO SIN NOSOOTRAAAS!" Toda la excursión se precipitó a la ventana trasera para deleitarse con el escándalo ... y conseguimos que pararan. Pero aún así no había nada que hacer con los dos tontos estos ... y muy poco tiempo después yo empecé a salir con Philippe, así que (gran corte de mangas virtual).

Estas sólo son unas poquitas aventuras, podría contar muuuuuchas más .... ¿mañana? ¿O mañana cuento lo de las nieves?



Bueno, a ver si alguien recuerda o conoció estos maravillosos jabones atornillados a la pared en los retretes franceses, yo nunca los he visto en otro país ni en otra época, los llamábamos los "Donge" porque Donge (como por ejemplo en "Need a giant Dong?" - texto de un spam de alargamiento de pene -) era una marca de jabón y nos pareció un nombre idóneo, porque para lavarte las manos con un jabón de esos tenías que ... ummm, a ver cómo me explico, bueno, al grano, tenías que hacerle una paja, y la metáfora era particularmente redonda cuando el jabón estaba un poco gastado ya y de forma alargada ..... nos reímos mucho mucho con los Donge, sobre todo cuando un cargamento de tres amigas llegó de Inglaterra a visitarnos y en los servicios un día las muy diabólicas desatornillaron todo el artilugio de la pared (vete a saber por qué llevaban un destornillador en el bolso, eso no lo encuentro en el diario) y lo volvieron a atornillar pero al revés, mirando hacia arriba ...

Bueno, si he encontrado a alguien que conoce el Focking Gin seguro que algún lector ha tenido la experiencia Donge. ¿Le suena a alguien?



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domingo, 21 de septiembre de 2003

 
Domingo 21 Septiembre 2000003

He leido el diario antiguo que corresponde a mis aventuras en Toulon, Francia. Lo he leido como una novela, porque es una novela, lo he leido soltando risas, carcajadas, grititos, suspiros y casi casi alguna lagrimita, aunque todavía no estoy tan mal como para llorar leyendo mis diarios, no. Eso pa cuando tenga sesenta años o así. Todavía no, porque pienso que sigo siendo la misma en muchos aspectos (de lejos sobre todo, si tengo el mismo peinado y todo), hay remedio, todavía podría repetir alguna de las locuras de entonces o inventarme otras parecidas. Sisi.

He recordado de forma muy especial a dos personas. Una es Susana, que fue mi mejor amiga entonces y lo sigue siendo ahora, aunque entonces la veía día y noche y ahora una vez cada .... ¿dos o tres años? Ayer le llamé y le estuve leyendo algunos de los trozos más bestias de ese diario (bueno, casi todos los trozos), porque ella era máxima implicada, claro, y se acordaba muy bien de todo, y os podéis imaginar los carcajeos simultáneos de las dos, una en cada lado del Atlántico. Es una sensación maravillosa oír las carcajadas de Susana de nuevo, ella también es muy carcajadera, como yo. Y vivimos tantas cosas juntas, desde los 19 hasta los 26 años o así. Aunque ahora tendremos menos cosas en común, la sigo queriendo igual, como si fuera mi hermana, definitivamente ella es mi familia.

¡Unas fotitos! A la izquierda, Susana y yo en la facultad (sí, estamos en una clase en esta foto, un tipo tutoría,no me preguntes qué hacemos rodeadas de botellas y con un plátano de peluche en la mano). Y a la derecha, Susana y yo el año pasado, cuando pasó una semana aquí en Sevilla. El corazón lo encontramos en la calle, es guay, ¿verdad?



La otra persona a quien he recordado con muchísimo cariño es Philippe, mi novio cuando estaba allí, Susana y yo sólo estuvimos en Toulon unas seis semanas y yo saldría un mes o así con Philippe, trabajaba de guardia nocturno en el Foyer de la Jeunesse donde vivíamos, imagínense a Pau saliendo con el bedel, sí, pero un bedel de 20 años, alto, fuerte, talentudo, guapísimo, no tenía mucha idea de porqué me eligió a mí de las treinta o así chicas jóvenes que vivíamos allí, pero así fue y fue una relación muy bonita, muy muy bonita. Él era muy buena persona, muy divertido y me quería muchísimo. Fue una relación terminantemente prohibida y secreta y nos pasábamos casi todo el tiempo escondiéndonos, literalmente, yo bajaba a pasar la noche con él en su habitación y luego, a las cinco de la mañana antes de que se levantara nadie, subía descalza y silenciosa los seis pisos hasta mi habitación por la escalera de atrás, esquivando cucarachas, quelle horreur! y arriesgándome a que saliera la terrible directrice Mademoiselle Marx (el nombre es fantástico, no me digas que no, bueno, quizás Mlle. Stalin hubiera sido todavía más acertado), que nos habría echado de allí si llegara a saber algo, a mí y a Susana por extensión, porque eso era principalmente un sitio para chicas jóvenes con problemas y lo llevaba con mano de hierro.

¡Una foto!, os voy a explicar, Philippe lleva mi camiseta de "Tour de France" (ya no me pongo cosas así) y yo llevo su camiseta amarilla, no sé muy bien porqué nos habíamos cambiado de camiseta y no sé qué pasó con mi falda o pantalones, parece ser que los he perdido por ahí, qué extraño.



Pues nada, a Philippe le volví a ver ese mismo invierno, fui a Toulon en autoestop a verle, porque la verdad es que estábamos bastante enamorados, y cuando llegue a ese capítulo de mi diario os lo contaré con pelos y señales porque es la ostia y estoy deseando contároslo, es como una mezcla de Indiana Jones y Los Amantes del Círculo Polar con toques de Monty Python, pero después de ese invierno (año nuevo de 1985) no lo volví a ver porque la distancia lo hizo imposible, nos alejamos, lo dejamos. Pero la cosa es que al leer el diario tenía muchas ganas de saludarle y le he escrito una carta, pues sí, no una carta romántica ni nada de eso, sólo un saludo, algunas preguntas y una mínima descripción para que sepa cómo yo estoy y cómo me va la vida, la carta la tengo aquí ya en su sobre y mañana compraré los sellos y la despacharé a su casa antigua, la de su madre, no sé si la recibirá y por supuesto no sé si me contestará, pero lo importante es mandarla, tengo muchas ganas de saludarle, quiero que le llegue ese saludo porque se lo merece, pienso que es de las mejores personas que he conocido. Me lo imagino ahora padre de dos o tres niños, sería lo lógico supongo, no sé qué será de él, pero la carta se la mando. Espero que le llegue.



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viernes, 19 de septiembre de 2003

 
Houston, Houston, tenemos un problema. Visión borrosa en ambos ojos, cambio.
¿Tiene algo que ver con la borrachera de anoche? cambio.
Noooo .... ni con la resaca de esta mañana, cambio.
Entonces esta noche has ido al cine con MariPaz, cambio.
Qué va, me he quedado en casa, cambio.
¿Y cuantas cervezas te has tomado ahora supuestamente escribiendo el blog? cambio.
Uuuuuh ... no muchas, cambio.
Entonces mira la viga en tu ojo y no la paja en el ojo ajeno, cambio y corto.

Anoche, Jueves Cultural. Llego puntual por una vez en mi vida y me subo al coche de Raquel. Van Raquel y Olga.

Olga: ¡Hola guapa!
Raquel: ¡Hola guapa!
Pau: ¡Hola guapas! (etc etc)
Olga: Tengo sed.
Pau: Ah! Traigo una botella de agua.
Olga: Qué bien!
Pau: Sí, me la he traido para lavarme el ojo.
Olga: (silencio. Ya no tiene sed por lo visto).

Llegamos al concierto de Carmen Boika, o de Concha Buika, según el dialecto y nuestra memoria. Nos alineamos sobre un muro Pepe, Raquel, Olga y yo. Empieza el concierto.

Pau: Quiero una cerveza.
Pepe: Quiero una cerveza.
Olga: Quiero una cerveza.
Raquel: Quiero una cerveza.

Pepe y yo salimos en busca de cuatro cervezas. Nos indican que hay un bar "en el concierto". Pues por mucho que lo busquemos con la vista no lo encontramos, ¡ah! por fin lo vemos, allí está, iluminado por una luz tenue a muchísima distancia (no les vaya a molestar la música, vamos). Corremos hacia el bar. Parece el puesto de un jipi un domingo en el rastro (según Pepe) o una tienda de la antigua Alemania del Este (según yo), hay dos mesitas supercutres con manteles de hule completamente vacías, un grifo de cerveza, un hombrecito y una luz tenue. Pedimos las cervezas. Volvemos al concierto. Qué lejos.

Ya he contagiado de conjuntivitis a mis tres amigos con mis miradas abrasadoras y mis besos cariñosos. Estamos los cuatro sentados en el muro y de repente detrás de nosotros en otro nivel más bajo aparece el hijo de Raquel. Nos presenta. Pepe y Olga le dan la mano. Yo, desafiando todas las leyes de la gravedad, del sentido común y de la ética me tiro encima de él desde el muro para darle dos besos. ¡Qué pena! Un chico guapísimo, en la flor de la juventud, ¡contagiado de conjuntivitis!

Llega Marcos. ¡Otro contagiado!

Termina el concierto. Carmen Boika/Concha Buika es muy salá y tiene mucha gracia. Nos gusta mucho el concierto.

Nos largamos a un bar de Triana, absorbemos a un colega literario de Marcos en el camino. Salimos de dos en dos en tres coches. Yo voy con Pepe. Ellos tienen los mejores coches y están aparcados más cerca, pero con la ayuda de mi fabuloso sentido de orientación Pepe y yo llegamos los primeros. Me recuerda (quizás porque es el mismo bar) otra noche que cogí una borrachera impresentable e iba chillando montada sobre la bici de Miguel, Jueves, Junio 12, aquí, no sé qué le pasa a ese bar, es un peligro para una chica decente como yo. Venga, una cerveza, otra cerveza, etc. etc. Olga, Raquel y Marcos se van porque trabajan el día siguiente y no viven holgadamente de sus escritos como los tres que quedamos, Pepe, Javier y yo.

A Javier no le puedo ver porque tiene un parecido diabólico con un ex-novio mío, pero ¿cómo se le ocurre a alguien traer al Jueves Cultural a alguien que se parezca a flrn? Bueno, estoy empezando a ver clones de mis ex-novios en todos lados, creo que estoy empezando a tener demasiados ex-novios. Se acordarán que el otro día apunté aquí los dos mandamientos del Jueves Cultural, y uno era "Es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un ex mío entre al Jueves Cultural". ¿Y el doble de un ex mío? Los problemas que se plantean son cada vez más complejos esta temporada, ofú. Creo y espero que no haya sido demasiado antipática con él.

Javier, Pepe y yo seguimos bebiendo. Hablamos de la inspiración, de los géneros literarios, de las editoriales (jajaja me lo estoy inventando, yoquesé de qué hablabamos ya a esa hora). Javier se desprende del grupo quedando en firme con nosotros para el jueves cultural que viene, porque vamos a la inauguración de un pintor que es amigo mío (cuando lo veo) y que resulta que es amigo suyo desde la infancia, yo ya lo sabía porque son del mismo pueblo y pensé, ah, estos son colegas seguro, y lo eran.

Pepe y yo (que casualmente nos hemos quedado con el dinero del fondo del jueves cultural) vamos al bar más caro de Sevilla para gastar el dinero del fondo del jueves cultural. Ole, ole y ole. Se va todo el personal que había en el bar más caro de Sevilla y nos dejan allí solos y encima quieren cerrar y nos meten prisa. Pepe me dice que no nota la diferencia de edad entre él y yo, quedamos en que "yo tengo diez años más de anécdotas". Bueno, diez.

Me vengo pa cá y me meto en Internet. Todo ya es borroso (por el ojo, claro, ahem), pero me parece que hablé con Diego en El Salvador y hoy me he metido en varios blogs para poner un comentario y me he encontrado con un comentario mío que puse anoche y no me acuerdo de nada.

Jajaja, iba a contar cosas muy sustanciosas hoy y se me ha ido todo de la cabeza. Mañana cuento las cosas muy sustanciosas, ¿vale? He escrito una carta a alguien y .. os lo quiero contar. Con fotos.

José, dinos de qué hablaban las monjas, ¡anda!

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jueves, 18 de septiembre de 2003

 
Jueves 18 Septiembre 20000003

Ya he empezado a trabajar, aunque afortunadamente sólo puedo trabajar 45 minutos a la vez, porque la doble visión difusa, turbia y salpicada de lágrimas no incita al trabajo. Así que puedo traducir un ratito corto y luego irme a hacer la golfa otro rato por ahí, luego trabajar otro ratito más cortito, luego irme a hacer la golfa otro rato más largo .... pues muy bien ¿no? Yo me siento más contenta por lo menos.

También he empezado a leer blogs, empezando por los que tienen la letra más grande, claro, pero no he tenido mucho tiempo con tanto hacer la golfa y trabajar.

José tiene un post que me ha gustado mucho, es de hace dos días, el post del martes, y cuenta como se va de su trabajo y viaja en moto a un pueblo que se llama Luna, qué cosa, y allí entra en un bar y en una iglesia (yo lo estoy contando muy mal, vais a su página y lo leéis mejor), y es como una novela, es igual que leer una novela. Pero lo bueno que tiene es que no es una novela, es la realidad, y a mí es que me encanta la realidad, por eso soy aficionada a los blogs como los de José, Guarni o Diego, porque te metes en una historia que es la ostia porque es real. Y en la historia de José, él oye unas monjas hablando en voz baja, aunque amplificada cual megabass con sensurround por las paredes de la iglesia, pero las monjas no lo ven y no saben que les está escuchando. Y dice que están hablando de "cosas personales" y me parece una trama fantástica. Pero como es la realidad sabemos que no estarán hablando de asesinar a ningún fraile (eso sería género policiaca), ni suspirando por la dulce mirada de un cierto caballero que viene regularmente a comprar pastelillos (género romántico siglo dieciocho), ni de sus experiencias lésbicas en la ducha (género sonrisa vertical), pero yo me he quedado con las ganas de saber de qué estaban hablando, y mira que es bueno porque hay suspense y todo pero sigue siendo la realidad. En la realidad es dificil que pase algo, y si pasa algo nunca es lo lógico, pero para mí la realidad tiene mucho más gancho que la literatura. Por eso hay algo en las novelas de Zola que me encanta, que le da lo mismo cargarse por medio de accidente laboral o enfermedad horrible a un bueno que a un malo, es como la vida misma. No soporto las novelas ni las películas (todas las películas, por más señas) donde los malos son castigados con desgracias y muerte y los buenos rehacen su vida, porque la vida no es así.

Y yo no he hecho nada para que Diós me meta el dedo en el ojo de esta manera, por cierto, igual me ha estado castigando de antemano por llevar un sujetador en la cabeza, el Señor obra por senderos misteriosos.

Me gusta la armonía en el caos, como lo que decía el otro día de hacer zapping y de repente te sale la solución a tu problema, lo del regidor. Pero esas cosas no puedes meterlas en una novela porque nadie te creería y sería una novela muy mala.

Y por todo lo dicho me gustan los blogs.

Hoy es Jueves Cultural de nuevo y vamos a un concierto de jazz-funky-africano en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, madre qué cultos nos estamos volviendo, además funky-cultos, total, fenomenal. Creo que solo vamos cuatro, pero yo lo prefiero porque no quiero tener que explicar diez veces por qué no me he pintado los ojos, y con más de cinco en un coche ya empiezan las psuedo-orgías y hoy no tengo ganas de enseñar las bragas. Tenemos cinco nuevos fichajes masculinos para el j.c. pero hoy no vienen. Ya os cuento la experiencia mañana.



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miércoles, 17 de septiembre de 2003

 
Miércoles 17 Septiembre 20003

Oyessss pues me han encantado todos los comentarios la mar de graciosos que me habéis puesto. Mi ojo derecho se abre por momentos y sin que se cierre el izquierdo, estoy mucho mejor, mañana voy a ir viendo un poco qué era esto del trabajo. Pero no me voy a Portugal, no.

Rosario me compara con Catalina Crill y Violeta con la Princesa de Eboli, Diego dice que los anunciantes ya notan la bajada de lectores en todas las páginas, José me ha dado un beso en el ojo y se ha contagiado de conjuntivitis, Geyperman me ha recetado algo con cuartos traseros de rana que debe ser un remedio tradicional, lo probaré, gracias, VirtualB también se ha beneficiado de las propiedades regenerativas de mis sujetadores, Toña quiere una foto y la tendrá, Noellia nos manda carcajadas desde Chile, a Mafer le pegaron un porrazo con una pelota de tenis (úf), Gruñón dice que son buenas cosas las que se exprimen de un ojo lloroso, Feo me llama guiri tuerta y Javi dice

"A grandes males, grandes remedios, con una talla proporcional, claro".

Me he reido muchísimo con todos y creo que me voy a poner mala más veces por las risitas que me dáis, parece que me estáis haciendo cosquillas, jejejej ¡socorro!

Bueno, como he pasado la tarde durmiendo, comiendo, viendo la tele y leyendo el periódico os puedo decir que hay un interesante artículo en El País sobre el Pleistoceno y eso, que pone "Unas investigaciones sugieren que el hombre estuvo desnudo un millón de años antes de vestirse". Y he pensado, ¡ah! ¡bien! Por fin he dado con alguien que tarda más que yo. No llego taaan tarde a las citas, sólo me paso un poco, y nunca me cambio de traje más de diez veces, os lo juro. Pero ya veo de dónde me viene la incertidumbre.

Bueno me voy que me estoy volviendo bizca. ¡Buenas noches!



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martes, 16 de septiembre de 2003

 
Martes 16 Septiembre 200003

Esta mañana estuve trabajando con un sujetador en la cabeza. ¿Sujetando qué? se preguntarán. Pero miren sus estadísticas ... ¿alguien ha notado que ha entrado un lector menos en su página los últimos dos días? ¿Qué relación puede haber entre haber un lector menos en vuestras páginas y que yo lleve un sujetador en la cabeza?

Pues la solución es que tengo un ojo chungo, sí, ayer, o antes de ayer, empezó a fallarme un ojo aunque no os dije nada, un médico me dió unas gotas con el improbable nombre de ColircusíGentadexa que a pesar de lo acertado del nombre no han hecho nada, anoche no pude dormir por un extraño efecto lenta-recuperación-de-porrazo-en-la-cara, y esta mañana veía doble pero con visión normal en un lado del cerebro y desenfocada en el otro. Tenía el ojo cerrado pero aún así me entraba luz, y tenía que hacer una traducción y era imposible. Y digo, necesito un parche para el ojo, ¿qué puedo usar como un parche para el ojo?, pues ¡un sujetador! Me venía perfecto, me lo anudé en oblicuo alrededor de la cabeza y me quedaba muy moderna, muy pirata, y me tapaba el ojo perfectamente, aunque el parche en sí era un poco grande quizás. Ah, y también hizo algo muy bueno: me devolvió las risas, que os juro que desde que tengo el ojo así no me río, y si no te ríes, no te curas, digo yo.

Aún así no me terminaba de curar, la verdad es que estaba cada vez peor, y abandoné la idea de hacer nada de trabajo y volví al médico para que me dieran la baja estos días, es horrible mirar la pantalla del ordenador con un solo ojo, o con dos cuando los dos no coinciden, y los lágrimones lo invaden todo. No se me va a saltar el ojo, sólo es una conjuntivitis, pero una aguda (o virulenta, digo yo, que da como más pánico), y que de momento no responde al tratamiento. Pero seguro que mañana estoy mejor y podré trabajar, uuuh, qué pena, con lo bien que estaba escuchando la tele y guiñando y llorando. Sin sujetador en la cabeza estoy feísima, por cierto, con un ojo cerrado y una perpétua expresión de pocos amigos. Ah, y no puedo ir a Lisboa este finde, pues no, no voy, ya iré en otras fechas. Sólo espero que no se me pase al otro ojo, ya estaría buena, pero, no creo, la nariz está en medio.

(Y vosotros tenéis la ventaja de que estoy escribiendo posts más cortos. Jeje. Aunque también el inconveniente de que no os leo desde hace dos días, porque no soy masoquista, no me voy a poner a leer blogs ahora. Mañana seguro que sí.



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lunes, 15 de septiembre de 2003

 
Anoche me pasó una cosa muy curiosa y muy bonita. ¡Qué cosa más bonita me pasó anoche! No os esperéis que os cuente que conocí al hombre de mi vida, ni que conociera a nadie, porque me pasó cuando estaba aquí sentada en el sofá viendo la tele.

Pues primero vi una película tela de bonita en Localia TV. Una película rusa, ni una pizca de alegría tenía, vale, pero a mí me encanta ver cualquier cosa relacionada con Rusia, porque me encanta Rusia, y la historia de la URSS y eso, todo me parece espeluznante y fascinante. Pues se acabó la película, que estaba doblada al español, pero cuando empezaron a salir los créditos estaban en ruso. Y me entretuve leyéndolos, porque yo he aprendido un poco de ruso y lo leo, aunque en la mayoría de los casos no me entero de nada y he perdido velocidad desde que me fui a Moscú, me cuesta más ahora. Pues los créditos eran muy interesantes porque se entendían muchas palabras, ponía por ejemplo director, montage, cosas así, hay muchos préstamos del francés como es lógico en el lenguaje del cine. Y salía la palabra regisseur, que me llamó la atención porque también se dice así en alemán, y creo que en italiano, así tal cual como en francés. Y me quedé pensando en la palabra regisseur. He visto esa palabra muchas veces, pero por mucho que lo intentaba no me acordaba de cómo se decía en español. Y luego pensándolo es que tampoco sabía qué significaba, porque el director no era, era otra cosa, pero no sabía quién era un regisseur ni qué hacía exactamente. Me dije que algún día tenía que buscarlo en el diccionario.

Acabaron de pasar los créditos y me dispuse a hacer zapping. Cambié de canal creo que dos veces, y apareció un programa de estos de variedades, o un concurso, o algo así. Y había una presentadora, y la presentadora dijo, "Regidor, regidor. El regidor es la persona que está cerca del director, que siempre está en contacto con él".

Cuando pasan cosas así pienso que todo es posible.

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domingo, 14 de septiembre de 2003

 
Domingo 14 Septiembre 20003

Me he levantado con un poco de cansancio esta mañana. Bueno, es normal, acababa de soñar que me duchaba con diez hombres.

Una aclaración: yo no quería ducharme con diez hombres, y estaba bastante enfadada. Había entrado en unos baños públicos a ducharme y el encargado me dijo que no dejaría a nadie más entrar en mi ducha. Pero el muy sinvergüenza abrió la puerta y entraron los diez tíos estos y se pusieron a ducharse a mi lado.

Pues resulta que para tener un alucine autobiográfico no hace falta leer tus antiguos diarios. Te puede sobrevenir en cualquier momento, en cualquier sitio. Anoche fui al bar de Rosa con Catt (=amigas) y sentada en la barra empecé a mirar las botellas y cosa curiosa, empecé a revivir mi pasado todo entero, toda mi vida adulta pasó delante de mis ojos, narrada en 48 botellas de licores y destilados.

El Campari, bebida rosa de mis primeros pinitos juveniles, mezclado con limonada para dulcificarlo. El Bacardí, emancipación, tocadiscos, visión doble, carcajadas y ligues en mi habitación de la residencia de estudiantes. El Baileys, lo que mis compañeras de piso y yo siempre teníamos guardado en el armario en el segundo curso. El Ponche Caballero, el anís, el Licor 43, Salamanca, estrenando en España con toda clase de mezclas. La ginebra Fockink (bueno, yo la recuerdo, ¿y alguien más?), corrosión del hígado y souvenirs de España ya de vuelta en Sheffield. El Pernod y el Ricard, bebidas que escudriñábamos y a veces probábamos en los cutrebares de Toulon, aunque sólo tuvieramos dinero para vinos bon marché. El Parfait Amour, no, no lo fue, mi primer trabajo, incomunicada en una horrible torre de apartamentos en Torralta Alvor esperando al camarero guapísimo que subía a mi habitación ahora sí ahora no, y cuando no subía, me sentaba yo solita en la cama a emborracharme con lo único que tenía a mano, ese licor lila y perfumado. El gintonic, y el brandy con soda, mis armas de aniquilamiento (de mi misma) contra los turistas en Italia, y a las que me invitaban los propios turistas. Y el Malibú. Y luego en mi siguiente destino, en el Algarve de nuevo, todos esos licores azules, verdes, rojos, naranjas, en Albufeira bebía de todo, cuanto más impactante a la vista, mejor. El Pacharán Zoco, en Salamanca con mis amigos vascos. El Coñac de alta graduación, en este caso el Macieira, la época que pasé en Lisboa, pedía uma bica e um brandy después de las comidas, es buenísimo también como anastesia local si te está saliendo una muela de juicio, se toma con carcajadas.

Pues ya me han salido todas mis muelas, y ya tengo todo mi juicio. Y allí va una vida entera. Toda mi experiencia vital resumida en las botellas que hay detrás de la barra de un bar. Tiene algo de canción de Tom Waits ¿verdad? o de Soziedad Alkoholika. En realidad fue mi época de escribir poesías. Una época muy buena, muy mala y muy larga. Mañana seguiré leyendo mis diarios.

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viernes, 12 de septiembre de 2003

 
Viernes 12 Septiembre 200003

Ah, pues el primer Jueves Cultural de la temporada ha ido muy bien.

Lo nunca visto, llegué la primera, sí, ¡yo la primera! a la inauguración del tal Manolo, que luego resultó ser la inauguración del tal Manolo y de 41 personas más, sí, una colectiva de fotografías y pinturas de paisajes, no de pintura abstracta como yo pensaba. Me encontré con algunos colegas de la profesión y les parecía bastante divertido que yo estuviera en la inauguración pero sin ni idea de lo que se inauguraba allí, ni de quién exponía. Mis nerviosas miradas en todas direcciones dejaba claro que había venido más bien en busca de copitas y de canapés, pero de eso ni rastro. Ya llegaron, pero después de una buena espera pasando hambre y sed, sed sobre todo.

Al final me encontré con varios colegas de mi antigua profesión, y estuvo bien poder saludarles y preguntar por sus exposiciones sin tener que preocuparme por las mías, yo ahora siempre contesto con la misma frase cuando me preguntan: "No tengo nada, a ver si monto algo, ya te avisaría". Es pura fabricación, no tengo ninguna intención de "montar" nada, ni montar ni cabalgar ni trepar ni nada, mis jineteos en el mundo del arte forman parte del pasado ahora mismo. Pero ya sabéis, a ver si monto algo un día de estos. Ya os avisaría.

Llegaron un total de cinco culturaleros más y nos fuimos a un bar a hacer lo que mejor hacemos. Siempre llevo la cámara a los jueves culturales, pero como estoy a punto de comprar una cámara digital (¿alguien me puede recomendar alguna que cueste unos 200 euros y que sea de buena marca?) pero no la he comprado, estábamos sin cámara y para la imagen del día tuve que dibujarnos. Mucho más divertido que hacer la foto, y no menos realista ... bueno, con un poco de licencia artística porque dibujo fatal y faltaban y sobraban cosas por todos lados: barbillas, manos, tetas, orejas, cinturas ... la que peor me salió fue Catt, la pobre, porque ella fue la primera que dibujé y estaba fría todavía, y los que mejor me salieron, pues Marcos, al que le quité veinte años de un plumazo, y yo misma, porque .... pues claro que sí. Dibujando a una misma no se andan con tonterías, no señor. Si ellos quieren salir más despampanantes en los dibujos que se dibujen a si mismos.

Después de varias copas en el bar y de escuchar todos los relatos veraniegos de todo el mundo y reirnos de muchas cosas, los seis nos subimos al coche de Raquel y ella se dispuso a repartirnos por toda Sevilla. Seis no caben en un coche, lo sé, bueno sí caben, claro que caben, y yo estaba muy contenta de demostrar lo fácil y cómodo que es ir dispuesta horizontalmente en el asiento de atrás, encima de los demás como un fardo empaquetao, hubiera sido muy bonito mirar las estrellas y las copas de los árboles tranquilamente todo el viaje si no fuera porque una de las señoritas jueveras viéndome tan inmovilizada e indefensa insistía en levantarme las faldas y preguntarme donde compraba mis bragas ("¿En Inglaterra? ¿En Portugal?" "¡Noooo! ¡En Sevilla! ¡En la Calle Sierpes, deja de levantarme la falda, tía!") y esto entre muchos gritos y alborotos y bueno, todo lo que sería normal en una reunión de personas instruidas en misión de satisfacer sus inquietudes culturales.

Llegué a casa a muy buena hora y como era temprano todavía me metí en Internet a ver quién andaba por el Messenger (y hablé con dos amigos blogueros, sí, hay asín de gente en el Messenger a la una y media de la mañana). Aunque es un pelín arriesgado navegar cuando estás borracho (como fue mi caso) porque a raiz de las conversaciones te metes en sitios raros e incluso dejas comentarios que a la mañana siguiente quisieras borrar (bueno, ya lo borrará Borjamari). Después de más amables conversaciones me retiré a la cama a leer otro más de mis antiguos diarios ... qué bueno, yo seguía en el tercer curso de la universidad y sí que fue el mejor año de mi vida, antes de que se me fue la olla vamos, divertidísimo, me retorcía y me partía de la risa de tal manera que le daba a la pared con los pies por encima de la cabeza, como en los dibujos animados, y los vecinos habrán pensado que ... estaba en el tercer curso de la universidad y disfrutando del mejor año de mi vida, que efectivamente es donde estaba.



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jueves, 11 de septiembre de 2003

 
Jueves 11 Septiembre 20003

Planeando mi próximo viaje a Portugal, sí, el fin de semana que viene me voy a Lisboa otra vez.

Qué guay, ¿verdad?, a ver si me saca de este aburrimiento que tengo, de este mal endémico. He estado mejor estos días pero parece que el aburrimiento ataca de nuevo con renovado vigor. Es como una enfermedad crónica. No sé qué me pasa desde que me vine de vacaciones. ¿A alguien más le sigue fastidiando el síndrome posvacacional? Bueno, la causa no es esa, la causa es un cúmulo de circunstancias. En general estoy mejor. No me puedo quejar. Sobreviviré.

Hoy es el primer día de la nueva temporada de los Jueves Culturales. Sí, hoy vuelvo a organizar los Jueves Culturales. Vamos a una inauguración de un tal Manolo, para zampar canapés, y después iremos a la cervecita, que es la verdadera razón de ser de estos encuentros culturales. Espero que no terminemos discutiendo como aquella vez antes del verano .... Es que yo soy un pelín sensible porque me desvivo por organizarlo y por buscarles cultura a estos individuos (bueno, encuentro algo que hacer y pongo unos cuantos mensajes al móvil, ahem) y luego si no lo aprecian .... lo paso un poco mal. Pero estoy contenta de volver a empezar esta nueva temporada. Se supone que hay un núcleo duro, pero yo soy la máxima responsable, yo elijo el sitio y pongo las reglas, que ahora mismo sólo se me ocurren dos:

1) Si le pongo el mensaje a alguien invitándole al jueves cultural y ni aparece ni me contesta tres jueves seguidos, no le pongo el mensaje más; y
2) Es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un ex mío entre al Jueves Cultural.



Y he encontrado esta foto maravillosa de la discusión que tuve con Marcos ese día cuando me dejaron sola viendo la danza del vientre, jeje, sí, alargué el brazo e hice una foto mientras discutíamos, ¿no tendrías tú ganas de cabrearte con alguien que hace fotos de la discusión mientras discute contigo?



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miércoles, 10 de septiembre de 2003

 
Me tengo que dar prisa. Me tengo que tomar todos los rebujitos que pueda antes de que salga, porque mi botella de Seven Up caduca hoy.

Luego voy al bar del parque con Manuela, Manuela es la madre de Claudio, mi ex-suegra y actual amiga. Cuando nos vemos. Siempre quedamos en el bar del parque, siempre quedo allí con los miembros de mi antiguo clan, no puedo ir allí con nadie más porque es mi sitio para quedar con ellos, sería realmente extraño estar sentada en el bar del parque con alguien que no fuera un Del Campo.

Bueno, cosas de mi vida presente y de mi vida pasada, yo no quiero comparar, no no, pero sigo leyendo mis diarios del año aquel y bueno, es inevitable a veces. ¿Cómo es posible tener tanto éxito, madre mía, tantos admiradores todos apretujados y compactados dentro de un solo año? Caben a un día por admirador o algo así. ¿Y ahora? ¿Cómo es posible tener una vida sentimental tan soporífera? Suma total de mis éxitos con los hombres cuando salí anoche: un tío que se parecía a Pocholo me preguntó cuánto cobraba. Ah, bueno, sí, y recibí un mensaje en el móvil de mi último amante (que en paz descanse). Pero como estaba con Pastora le dije que no podía hablar y que le mensajearía hoy. Que tampoco voy a poder hablar, me parece. De todas maneras ¿qué más da si puedo o si no puedo hablar?, ya se acabó. Bueno, quería decirle unas cosas, sí. Después le pondré un SMS cuando esté viendo el programa de las Torres Gemelas (qué apropiado).

Una comparativa, mis éxitos de ahora con mis éxitos de la época de mis diarios. Voy a contar esto porque me parece bonito, yo me acordaba poco del chico en cuestión, no recordaba la bonita amistad que tuve con él. Pero sí que fue bonito oye. Todo empezó cuando fui a una fiesta una noche y a ver cómo me explico, uh, ¿tú sabes cómo puedes tener algún hombre en tu vida, no? Como por ejemplo, un ex al que sigues queriendo, quieras que no, y que te da mucho coraje cuando se liga a alguien; o por ejemplo un chico que has visto muchas veces y que conoces un poco y que te parece que está buenísimo; o por ejemplo un ligue, alguien con quien has ligado una vez hace no demasiado tiempo pero que no has vuelto a ver desde entonces; o por ejemplo un amigo muy amigo pero demasiado amigo en ocasiones y no es raro que os liéis a besos ..... pues yo tenía un ejemplo de cada uno de esos cuatro, pues sí, entre otras modalidades, claro, pero esos eran mis cuatro principales. Y me llego a la fiesta y lo primero que veo es el Pequeño Paul (el chico con el que había ligado una vez hace no demasiado tiempo pero que no había vuelto a ver) morreándose con una tía ("con una vieja vaca" digo textualmente en el diario, pero pierde un poco en la traducción). Lo segundo que veo es "Pete Prat, formerly Pete Hunk" (algo así como Pedro el Cretino, antes Pedro el Cachas, el tío buenorro, claro) y me acerco a él para intentar ligar, que diga conversar, y me vuelve la espalda y me deja muy claro que no tiene ningún interés en mi persona. Lo siguiente que veo es mi amigo Chat, mi amigo alto y rubio que a veces (para mí y para la mayoría de mis amigas, me temo) era algo más que un amigo, y estaba dándose un beso de tornillo con una amiga mía. Y lo último que veo, antes de salir de allí hecha un charco de lágrimas, era a mi ex al que seguía queriendo quieras que no (concretamente era el verde), "sprawling himself all over an old slag-bag" (si me dentengo en traducirlo llego media hora tarde a la cita con Manuela, pero sprawl es como despatarrarse y la persona sobre la que se despatarraba ... bueno, ella se puede imaginar, ¿no?). Pues salí de allí disparada todo acongojada y fatal, e iba por la calle yo sola berreando hacia mi casa cuando sale un chico de un portal y me dice, "¿Estás bien?". Simpático, comprensivo, protector .... mucho mejor que todos esos cuatro degenerados juntos. Me acompañó a mi habitación, y yo ya me estaba riendo como siempre, y .... no ligamos. ¡No! Terminamos siendo solo amigos ... pienso que había mucha atracción entre los dos, eso se desprende de los diarios, lo vi muchas veces después ... pero él tenía novia y no era plan. Se llamaba Andy Faz (como el Guerrero del Andy Faz). Bonita amistad y bonita atracción. De las cosas que más me han gustado hasta el momento en esos diarios. Sí sí.

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martes, 9 de septiembre de 2003

 
Martes 09 Septiembre 2000003

Siempre me pasan cosas raras y anómalas vaya donde vaya y creo que es porque la anómala soy yo.

Ni me hace falta salir de casa.

Me gusta reirme, me gusta reirme cuando no debo, me gusta intentar contenerme, reirme cuando voy sola por la calle, cuando estoy en las tiendas, en los edificios públicos. Hay muchas cosas absurdas y maravillosas ocurriendo siempre en todas partes, pidiendo a gritos que alguien se ría de ellas. Hay que estar al loro y verlas.

Cuando no hace demasiado calor, tomo el sol en pelotas en mi terraza. Con un ingenioso sistema de sábanas y ropa estratégicamente tendida consigo que no me vean los vecinos. A veces me tiro más tiempo desplegando barreras púdicas que tomando el sol, aunque otras veces tengo que admitir que paso de todo y pienso, hoy no tengo fuerzas para poner tanta barricada, que saquen sus prismáticos y que me miren si les hace feliz, si no tienen otra cosa que hacer, será un triunfo para ellos si consiguen ver algo con lo lejos que están, joé. Bueno, hoy fue un día de estos de circunvalarme con murallas defensivas e impedimentos a la vista y cuando terminé de colocarlos no me veía absolutamente nadie y me tumbé allí superfeliz y en porretas y ..... apareció un helicóptero.

Anoche quedé con mi amiga Catt y tuve que coger el autobús. Fui a la parada, que tiene paredes de cristal, y había un grupo de chicas adolescentes allí y una de ellas estaba apoyada en una esquina de la pared de cristal de tal manera que la imagen real se mezclaba con el reflejo y viendo las dos mitades a la vez parecía gordíiiiiiiiisima (es como cuando te pones en la esquina de un escaparate y levantas las piernas y parece que estás volando, sabéis de qué efecto estoy hablando ¿no?) A esta chica la veía desde atrás y sus amigas las tenía de frente. Pues me hacía mucha gracia ver ese efecto óptico y me di cuenta de que si cerraba un ojo lo veía mucho mejor, con menos reflejos, y allí estaba, posicionándome bien, cerrando un ojo y abriéndolo, cerrando y abriendo, cerrando y abriendo, y de repente una de las chicas del grupo que estaba mirando hacia mí me echó una mirada terrible como para decirme, "treintañera lesbiana, ¿qué haces guiñándome el ojo así?"

Ya dejé de guiñar el ojo y me retiré rápidamente pero yo es que me parto con estas cosas. Tanto que llegó el autobús y estaba yo todavía muerta de la risa (disimuladamente) y casi me siento con un delgado en un asiento para gordos porque me parecían que eran dos asientos y no uno. Qué vergüenza y qué gusto que me pasen siempre cosas así.

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lunes, 8 de septiembre de 2003

 
Lunes 08 Septiembre 200003



Esto lo pongo para que sepáis dónde no estoy.

¿Os importa que hable de Internet hoy?

Ya sé que es mejor hablar de guarrindonguerías para sostener la dinámica de las visitas, pero más abajo hay unas así que ... no os váis a aburrir demasiado.

Bueno, hablar de Internet, de Blogger, de mi página y eso. Primero, he reorganizado mis links como véis, para incluir a alguna gente nueva y poner un poco de orden. Los he puesto por categorías (Carcajadas, Aventureros, etc.). Si alguien se siente mal puesto o fuera de lugar .... me lo dices ¿vale?

El contador de visitas me encanta y miro a menudo para ver de dónde proceden los despistados que han terminado cayendo en mis redes. Veo los links, los países, las barbaridades que meten en el Google, etc. .... ¿Alguien me puede decir (Wayfarer, Mafer o PandragoQ por ejemplo, que son expertos) cómo es que me llegan visitas desde sitios que no me tienen enlazada? Gracias. (Enlazada, enlázame, me encanta esa expresión, textualmente es sólo enzalada al revés y me hace pensar en lechugas, pero semánticamente me parece que todos se quieren casar conmigo.)

Hoy he hecho un texto sobre cómo puedes poner comentarios en tu blog si ... tienes un blog y quieres poner comentarios. Hace algún tiempo hice otro texto para gente que quiere abrir un blog y no sabe cómo, y he ayudado a algunos amigos y ciberamigos a abrir uno. Porque esto de los blogs es un gueto, todo en inglés, todo en inglés, y para la gente que no sabe inglés y que no tiene el sexto sentido que tienen los informáticos ... les cuesta. A mí me cuesta todo esto mucho, aunque tengo la suerte de saber inglés, y pienso, si yo he conseguido hacerlo puedo ayudar a otros a hacerlo también sin tener que comerse el coconut, sólo tengo que dar útiles consejos como "ignora el texto que explica como se hace y ve al botón que hay debajo y dale ahí". Así que si hay alguien deseando empezar un blog, o poner comentarios en su blog, y que no sepa hacerlo, pues me podéis mandar un mail o dejarme un comentario, y os mando las instrucciones. Próximamente (¿mañana?) también voy a hacer unas instrucciones para poner links y poner un contador de visitas.

Bueno, volvemos a lo de las porquerías. Voy a hablar de cómo alguna gente ha dado conmigo a través de los buscadores. No todo son porquerías, pero todo tiene su punto. No creo que ninguno haya encontrado lo que buscaba ... algo para el aburrimiento, quizás, pero ¿quién sabe? Quizás alguno ha vuelto.

Pues llevo algún tiempo apuntándolos y voy a ir por temas, por tipos de buscón. Hay cuatro grandes grupos:

1) Buscones que buscan fotos de algo. "Fotos de señoras en bañador", "fotos de los Míster de la Feria de Málaga", "fotos tamaño pequeño de David Bisbal"...

2) Buscones muy raros. "Solteros windsurfistas", "horror paparazzi", "cebollas en el cutis", "crema de caracoles", "venta de pienso T-Rex en Sevilla", "pasos para armar una bomba nuclear" (ese último me encanta).

3) Buscones prácticos. He apartado de su camino a gente queriendo encontrar "como hacer arreglos de globos para una fiesta en la playa", "autobuses Sevilla-Tavira", "de donde sacan el borax", "Martín Andaluza de Supermercados", "recetas con champiñones", "imágenes de lavadoras de una sola tina redonda" y "¿Quién fue José Thomson?"

¿Quién fue José Thomson?

4) Y ya pasamos a los guarrindongos. Unos más que otros. "Culos mojados", "culos masculinos", "muñecas hinchables", "bragas discretas", "follar sin pagar", "debajo de faldas sexy porno", "me gusta verme desnuda en el ordenador" y "me pones sexy uuuh".

Me gustaría que alguien estuviera leyendo esto y se diera cuenta de que es él quien ha entrado con alguna de estas frases ... y se ha quedado y sigue aquí. Aunque no tengo fotos de David Bisbal, no soy discreta con mis bragas y no sé quién fue José Thomson.

(foto Claudio Carrapateira 2000)




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sábado, 6 de septiembre de 2003

 
Sábado 06 Septiembre 20000003

Sigo leyendo mis antiguos diarios. Desgraciadamente faltan los de la mejor época de toda mi vida, cuando vine a España por primera vez, son dos o tres y faltan porque me los robaron, es un pequeño agujero negro que tengo en mi vida, pero ahora después de 20 años creo que ya se me pasó el disgusto. Mañana, u otro día, volveré a esa época y os contaré unas .... anécdotas que digamos .... pero hoy voy a hablar un poco de la impresión que me ha causado leer otro de mis diarios, el que venía justo después de la época que pasé en Salamanca, cuando volví a la universidad y estaba (no se sabe cómo) en tercero.

Pues mira, a pesar de considerar esa etapa como una de las mejores de mi vida, de haberlo pasado tan bien que no podía más, cuando la vida era flotar, volar, reir, beber y nunca estudiar, pues curiosamente he leido el diario (muy entretenido por cierto) y he llegado a la conclusión de que no me gusto. Ahora os voy a explicar porqué, pero qué curioso ¿verdad?, sobre todo cuando pensaba que sí que me iba a gustar, con lo bien que me lo pasé.

Si antes de venir a España yo era un huracán que era mejor evitar, después de esa experiencia ya era un tifón peligrosísimo, avanzando con su ropa ceñida y sus carcajadas arrancando árboles de cuajo y tirando coches por barrancos con todos sus ocupantes dentro, sí, cuatro a la vez, toma ya. Creo que lo que más he conservado de mi estilo de esa época son las carcajadas, sí, suenan tan profundas y gustosas como siempre, pero lo demás ... mi vida era un espiral de salidas nocturnas, alborozos y juergas, flirteos, trasnocheos, lanzamientos de mi persona en todas las direcciones detrás de todas las cosas, cerveza, cerveza, vinos, martinis, sidras, otros brebajes, fiestas, fiestas, fiestas, discotecas, siempre ligoteo, besos, más besos, besos con otros nuevos, besos con quien no debía, más cerveza, más carcajadas y luego sueño profundo. Si. Muchos besos. Nunca sexo. Absoluta superficialidad, y mira que la superficialidad me gusta ahora en mí. Pero esto era otro tipo de superficialidad. No sólo era profunda y marcada, sino que era inconsciente, totalmente natural. Y con toda la naturalidad del mundo, yo era una absoluta cabrona.

No es cuestión de recriminármelo ahora, no, eso sería poco práctico y bastante idiota, lo siento por los hombres que hice sufrir (hombres y mujeres, todos los daños colaterales), pero creo que pasárselo bien es lo mejor que se puede hacer en esta vida, ¿no?, siempre que se puede. Siempre intentarlo. Aunque todo era pasarse siempre, bailar hasta no poder andar el día siguiente (me pasaba eso a veces), reirme hasta quedarme afónica, acumular tal cantidad de pretendientes e interesados que aquello ya era un pueblo entero, una ciudad, beber hasta reventar (cuando vomité una vez y me pasé una hora tirada en el suelo del pasillo disfrazada de Boy George después de pasar con éxito la prueba de beber un vaso de sangría de un trago bailando encima de una mesa - después de tomarme no sé cuantísimas cervezas, claro - yo merecía terminar mal, no me digas que no). Cuando me encontré a las seis de la mañana en la cama con alguien (¿en? ¿sobre? creo que era sobre, tengo unos vagos recuerdos de la escena) y había echado una cabezada y me desperté y estuve cinco minutos hablando con él hasta abrir los ojos y darme cuenta de que no era quién yo pensaba sino que era otro ... bueno, a eso le sigo viendo la gracia, sí, ahora hubiera soltado la misma carcajada que solté entonces.

Sí, no me gusto del todo, pero creo que si tuviera la oportunidad de repetir esa época, creo que haría todas las mismas cosas, sería inevitable. Aunque ahora tal vez habría menos estúpidos concursos de sangría y ... ¿más sexo?



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jueves, 4 de septiembre de 2003

 
No hay nada más triste en este mundo que una bicicleta estática.

He pasado la mayor parte del día haciendo una traducción sobre una bicicleta estática, y he pensado una cosa, que mi trabajo de traductora es justo como montar en bicicleta estática.

He conducido autocares, he asistido a juicios, he bajado con los técnicos al hueco del ascensor, he nadado en las cuencas hidrográficas de Andalucía, he montado cocinas, he paseado por residencias universitarias, polígonos industriales, centros comerciales, he compartido cabreos por impago, he bostezado en reuniones, he visto como hacen los grifos, los vídeos y las botellas de PET, he caido con la gente en el hundimiento de un edificio, he girado con fresadoras de alta velocidad, he lavado lino, sintéticos y delicados en mil lavadoras, he perforado el acero, he vagado por los túneles del metro de Madrid, he caminado sobre cintas de andar, he navegado en bateles chipironeros y he arponeado ballenas, he vestido ropa deportiva, calzoncillos boxer, tangas brasileños, he comido en los mejores restaurantes, he juzgado concursos de perros, me he quedado dormida en sillones de diseño, he probado helados de todos los sabores, he aprendido inglés con los Hoobs, he recibido premios, trofeos, menciones de honor, he prevenido riesgos laborales, he sudado en saunas, he leido el Korán, he matado mosquitos y desahuciado polillas, he viajado a Túnez, a Mallorca, a Taiwán, a Filipinas, he bebido los mejores vinos y he cocinado con los mejores aceites, he aprendido español en Salamanca, he almorzado en los aviones de Lufthansa, he constituido cooperativas, he visto fuegos artificiales y he disparado cohetes anti-granizo a las nubes .....

Y todo sin moverme del sofá.

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miércoles, 3 de septiembre de 2003

 
Miércoles 03 Septiembre 200003

Aburrimiento. Hmmm. Interesante estado.

Han pasado 15 segundos. Sigo aburrida.

Hmmm. ¿Y ahora?

Llevo todo el día así. Bueno, no, en realidad llevo desde que me vine de Portugal. Se podría confundir con el síndrome posvacacional, pero esto es más profundo. Todo me produce bostezos. Soy una fábrica de bostezos y de desgana. Ya sé que no se me nota mucho en el blog, pero es que cuando escribo el blog no me pasa.

Es que el blog es la mejor terapia que hay, para todas las enfermedades, las psícologicas, crónicas, y todas las otras. El blog es lo mejor que hay. A mí me tiene un efecto porro, efecto ejercicios de estiramiento, efecto antioxidante, total, efecto antiarrugas.

Bueno, a lo que iba, iba a escribir sobre mis aventuras con el aburrimiento después de que terminé de trabajar, he trabajado todo el día, empecé tarde porque el trabajo llegó tarde hoy, y he trabajado desde las 11 de la mañana hasta ?? de la tarde, digo ?? porque ni miré la hora, apagué el ordenador, me cambié de postura (ya estoy en el sofá, todo lo tengo a mano, una almohada, una mantita, todo) y me quedé profundamente dormida, no quería hacer otra cosa. Me desperté y fui a comprar el periódico, sí, emoción y suspense a tope, lo sé, y primero me vestí. Me puse una cierta falda y una cierta blusa, muy bonita esa blusa por cierto, pero no con esa falda, había algo que no estaba bien en la combinación de esa falda y esa blusa, ¿por qué sería?, ¿por qué sería?, demasiado femenino tal vez, o demasiado parecido entre las dos prendas, o ... y ya al final con una gran carcajada me dí cuenta de por qué .... es que me parecía exactamente a Blancanieves. Pero clavada clavada, vamos, qué gilipollas, y rápidamente lo solucioné con otra blusa, y ahora sólo me da un poco de pena por los enanos.

Y me fui al Vips a comprar el periódico y volví a comprobar por enésima vez que siempre pasa allí una cosa, hay un guardia en la puerta que su trabajo es pedirte el ticket cuando sales, lo mira y lo perfora, y ese es su trabajo. Bueno, me dió por experimentar una vez y ahora lo hago mucho, y no falla casi nunca, si salgo normal con el periódico y el ticket a la vista me pide el ticket y me pica el ticket, pero si escondo el ticket y llevo el periódico con pinta de haberlo robado, el hombre mira para otro lado y no me pica el ticket, supongo porque no quiere meterse en problemas. Os lo juro, es así. Hoy he optado por la segunda alternativa, o sea, he doblado el periódico superchico con el ticket oculto dentro y he salido casi corriendo y mirando to palante, y no me ha hecho ni caso.

Y ya en casa y cenando compruebo una vez más la birria que es la tele a las horas en las que quieres verla, porque a otras horas no es tan mala, a las tres de la mañana por ejemplo está bastante bien, pero nunca a las diez y media de la noche. En un momento parecía que sí, porque en Onda Giralda apareció "Avance Informativo" y pensé, ah, qué bien, y empezaron a circular por la pantalla cruzándose y entrelazándose imágenes de noticias, y títulos como "Internacional", "Economía", "Deportes", pero después de un montón de tiempo así desaparece todo y aparecen los anuncios, y resulta que no era un Avance Informativo sino un Avance de un Avance Informativo, el Avance Informativo lo ponen a otra hora, esto simplemente era para que vieras que hay un Avance Informativo .... y me voy a la cama.



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martes, 2 de septiembre de 2003

 
Hoola, Hooola, he estado hablando con Buho por el Messenger, ya van dos latas de cerveza, una de mejillones y 3 de almendras (3 unidades, perdón, no 3 latas), pero eso no es suficiente para alimentar ni a un pajarito y mucho menos a la superenorme y robusta Pau, así que voy a escribir el blog y luego voy a cenar algo porque esto no puede ser. Una vez perdí 3 kilos en una semana por entretenerme demasiado en Internet.

He de ir a Barcelona, sí, un fin de semana iré, pero no sé cuál todavía. Ya me lo dirá Iberia, mis 2 amigos virtuales y los límites de mi escaso presupuesto. Pero iré pronto. Mapetece.

Me ha encantado saber (por los coments, claro) que a veces los hombres también sienten la soledad cuando se toman una cerveza apartadamente y unitariamente en un bar, es una unidad de persona la que se toma la cerveza, claro, pero visto desde fuera nunca es una persona sola sino un hombre solo o una mujer sola. En este caso sí distinguimos entre géneros, yo por lo menos, muy a mi pesar, y sospecho que todo el mundo. Esa mujer allí sentada, tan callada y tan pensativa, bebiendo su cerveza, ¿será la novia del camarero/la pretendiente del dueño/le han dado un plantón/le ha dejado el novio/está sola en el mundo/no tiene amigos/es una descarrilada, sexoadicta/o alcohólica/o de qué otro clavo está colgada ella? Y ese hombre empinando el codo él solito, ¿no se estará tomando una cerveza? Desde dentro de la cabeza de la mujer-sola-tomándose-una-cerveza-en-un-bar-donde-no-conoce-a-nadie-pero-tiene-marcha-y-le-apetece-tomarse-una-cerveza, eso es lo que les pasa por la cabeza a los demás. Sobre todo si es un viernes o un sábado noche, ¡imagínense! Yo lo he hecho porque algunas veces he tenido ganas de salir y en ese momento no he sido correspondida por nadie, los conocidos tienen cosas mejores que hacer, tienen pareja, tienen sueño, tienen otros amigos, tienen cena, tienen otros planes, tienen prisa, o son malos amigos. Y tú dudas entre aceptarlo y luchar contra ello, cuando pasa una vez no, pero cuando pasa una y otra vez sí. Le puede pasar a cualquiera. Y lo lógico es salir tú sola, ¿no?, si tienes ganas. Qué va, lo lógico no es salir sola, lo lógico es deshacerte en llanto furioso, querer irte de esta ciudad o echarte un novio que se ocupe de ti ya, qué cómodo, descansar en el brazo del otro, para siempre, pero no puedes hacer nada de eso, por lo menos esta noche. Y sales, sí, tienes marcha, te arreglas y sales a dar una vuelta, un paseo, tomarte una cerveza, lo mismo que un hombre, pero tú primero te devoras y te destrozas el pobre coco por dentro, y hasta la cerveza te sabe mal.

Bueno, antes de ocurrírseme este ventarrón de malas palabras (porque fue una época, me pasó algunas veces, nada más que eso, una necesidad que tuve, y nunca dejé de sonreir, ahora me encanta tomarme una cerveza sola precisamente porque no lo hago nunca, así es muy fácil), me ha parecido muy interesante lo siguiente, dicho en mis comentarios por chicos, sí, chicos, no chicas:

"te sientes muy raro, como si los demás te miraran, el parecer un bicho raro, solitario.... "

"Como que no?? Es justamente como me siento cuando salgo solo!" (o sea, que pasas de alegre a aburrido-conspicuo-raro-avergonzado-introvertido-deprimido-escondido),

menos mal, menos mal que no soy la única, aunque me interesa también mucho esta otra perspectiva masculina:

"Cuando salgo solo a tomarme una cerveza comienza en mi mente un proceso vegetativo gracias al cual ni me aburro ni veo conocidos ni nada. Simplemente me quedo en blanco con la única actividad neuronal de mandar al brazo asir el vaso, levantarlo, unirlo con mis labios y succionar el líquido amarillo. Mmmmmmmm, cerveeezaa..."

Yo cuando consigo llegar a ese estado soy feliz. Y he llegado, no te creas. He sido muy feliz en algunos momentos yo sola allí pensando, bebiendo mi única cerveza y cuando ha pasado eso he repetido y me he tomado dos y me he olvidado de todo. Cuando no estás en tu ciudad es fácil, o cuando has quedado con alguien más tarde, o cuando de verdad te han dado un plantón, pero pruébalo en esas circunstancias como ejercicio filosófico y social alguna vez y verás que no. Gracias a todos todos todos por los comentarios, me han entretenido mucho durante el día de hoy (cuando tenía que estar trabajando, je), Jaio, yo te aguanto esas maletas, que por cierto siempre acaban cabiendo en el servicio, claro, de pie, igual que tú...

Al Sur de Granada empieza como una comedia y termina como una tragedia (no os vayáis a fiar de mi crítica, yo no soy nadie pa decir ná ni ná), el pobre Gerald Brenan queda como el tonto del pueblo, que no es el caso en el libro, claro, escrito por él, es un intelectual pero en la película se pasa la mayor parte del tiempo boquiabierto, anonadado y con ganas de follar y cagar pero ... sí, me ha gustado. Muy simpática. A ver si hay alguna otra película con la palabra Sur en el título, iré. Pero el año que viene, para este año ya está bien de cine. O el año que viene quizás pruebe con la palabra "Norte".

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lunes, 1 de septiembre de 2003

 
Lunes 01 Septiembre 200003

Primero, gracias por vuestros comentarios sobre mi post de ayer donde expuse mis problemas vegetales. Aparte de solucionar conflictos internos y abrirme los ojos a cómo se enfrentan los demás a apuros similares, me habéis hecho sentir una vez más que NO ESTOY SOLA!!! A Guarni se le metamorfosean los billetes, Fernando ha tenido alguna que otra experiencia con un Pimiento Kinder, José me ha informado acerca de lo que puede salir de dicha verdura cuando eclosiona ... me informáis, y de paso me mandáis muchas sonrisas y muchas risotadas. Entre todos haremos el cuento de ciencia ficción, y cosas peores se han llevado al cine, ¿verdad?, igual nos llama Steven Spielberg.

Hablando de soledad y cine, ah, espérate, no, hablando de mercados, tenéis que hacerle una visita a Violeta para ver la foto de Portugal que colocó el otro día en su blog, es desternillante, lo de la venta ambulante. Tenéis que escrolear un poco hacia abajo, está en el post del 24 de agosto. Y de paso os quedáis a leer su blog y la saludáis también.

Hablando de soledad y cine, es una cosa extraña que yo vaya al cine porque no tengo el hábito, aunque sí me gustan mucho los cines de verano (en la oscuridad me agobio si no tengo una cervecita en la mano, y en los cines de verano no hay ni oscuridad ni agobio, y hay toda la cervecita que quieras, con selecta nevería y todo por si te entra hambre), bueno, pues este año he visto Polígono Sur y quería ver también Al Sur de Granada, como véis sólo voy a películas que tengan la palabra Sur en el título. La echan esta noche y las 2 amigas que se venían conmigo se han rayado aduciendo distintas indisposiciones así que me parece que voy yo solita.

Hace la mar de tiempo que no salgo sola. Antes lo hacía bastante, ahora afortunadamente tengo más amigos y menos inquietudes de ese tipo, pero cuando salía a dar una autovuelta me dedicaba a darle pues eso, muchas vueltas, que si cuando una mujer sale sola no es lo mismo que cuando lo hace un hombre, porque no lo es en absoluto, otro día os hablaré largo y tendido de esto si no me os dormís todos, pero voy a pegar algo aquí que escribí en el 97 cuando escribía mucho de estos temas. (Feo, te mando el libro mañana sin falta, te lo juuuroooo). Tengo mucho sobre el asunto, voy a buscar algo, un momento ...

Aquí está:

Es que … mira, he pensado una cosa, sobre lo de salir solo/a. Mis emociones de mujer me lo dificultan enormemente. Un hombre puede ir a un sitio donde pueda que se encuentre con algún conocido, y estar allí tomándose la cerveza tranquilamente hasta que llegue alguien, sin alterarse, sin cambiar de humor, sin sentirse mejor ni peor. Yo, en cambio, si no hay nadie, empiezo – desde la alegría inicial – a sentirme un poco aburrida, luego conspicua, luego rara, luego avergonzada, luego introvertida, y luego deprimida y ya si llega algún conocido prefiero esconderme. Pues es verdad, eso no le pasa (o no tan rápido) a un hombre. Quizás hay algo en estos antiguos prejuicios, yo ahora mismo siento que he perdido toda la fe en la igualdad de los hombres y las mujeres. Bueno, otro prejuicio mío, que si las mujeres no pueden ser iguales – que en el fondo creo que no pueden – que yo sí puedo serlo. Es absurdo, pero creo en eso. Cuánto camino hay. De progreso y de recaídas.



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