TRAVESÍA SUPERCONJUNTADA DEL ALGARVE, SEXTA PARTE (y III)
En Aljezur me quedé en una casita de estas, se llaman las casas Carpe Vita y son muy recomendables… simpáticos dueños también… Aljezur es un pueblo rompepiernas, todo compuesto de cuestas, pero eso significa que casi todas las casas tienen unas vistas magníficas, y la mía no era ninguna excepción:
esta es mi panorámica particular de Aljezur a primera hora de la mañana.
Ya en el camino. Me queda poco para mi destino final (que no será el final, he decidido), jeje, sólo 236 kilómetros y espero disfrutar de cada uno de ellos...
Aunque el tercer día y con tantas cosas pasando y mucho más cansancio que días 1 y 2 salí con un deseo, “que no me pase nada hoy, por favor” y efectivamente no me pasó nada de particular… eso suele ser el caso, vamos, y mejor así, me gusta mi tranquilidad y la verdad es que siempre es interesante, no me aburro nunca y si me aburro pues hala, me pongo los cascos y oigo un poco de música marchosa y todo se vuelve maravilloso otra vez… .
Al llegar al pueblo de Rogil a mitad del camino me doy un chapuzón virtual en una fuente, muy refrescante y me hacía mucha falta!
Esta zona de Portugal tiene una cosa, tiene escenas que han salido directamente de un dibujo infantil, no me digáis que esta casita con su arbolito no es como algo que dibujarías a la edad de seis años...
Y hablando de niños pequeños dibujando, esta es una escuela primaria. Allí estaba, rodeada de campos y árboles, sola, sin vecinos, nada, sólo este pequeño cole con su caminito para llegar y su luz y su tranquilidad rural… y lo veo como un lugar bastante idílico para pasar los días de tu infancia.
Allá voy, siguiendo mi asfaltado camino, ahora llevo los zapatos en la mano (y otros en los pies, claro),
y la música me hace feliz.
Y pronto estoy viendo Odesseixe al otro lado del valle…
...y está muy cerca…
...y está detrás de los árboles…
…y ya lo tengo a mis pies…
…y ya he llegado…
…y ya me estoy tomando una cerveza…
...y ya he recorrido todo el Algarve hasta la frontera izquierda norte y el 6 de mayo salgo de nuevo para continuar hacia arriba, de playa en playa o algo así. La próxima etapa es Odesseixe-Zambujeira-Almograve-Vila Nova de Milfontes. Ya os contaré los preparativos y más cosas………… .
TRAVESÍA SUPERCONJUNTADA DEL ALGARVE, SEXTA PARTE (II)
Que, llegué a Carrapateira.
Una mezcla de lo hippie y lo árabe, mochilas, turistas gritando, viejos carraspeando y perros babeándote, algún borracho, es un pueblo muy pequeñito y a pesar de todo tranquilo (ya sé que parece imposible). Arranca más tarde que yo por la mañana. 55 minutos han tardado en traerme la comida en el restaurante. La verdad es que no ha sido mi sitio favorito de esta travesía.
El apartamentito,
el apartamentito distaba un poco de los del Parque da Floresta, bueno, no un poco, un mucho, pero rebosaba simpatía y alegría y el dueño era un encanto, eso me gustaba de Carrapateira, la simpatía que encontré en los apartamentitos Las Dunas, aunque es difícil acostumbrarte después del P. de F., hablando del P. da F. acabo de encontrar esto en mi diario:
“Me gusta el dormitorio este, oye. ¡Es mejor que el dormitorio oeste! Aquí podrían dormir 18 hippies perfectamente."
Y la playa de Carrapateira, o de Carraspateira como la estaba llamando ya, la famosa playa está a quince minutos de distancia laburando cuesta arriba por un sendero de arena movediza con un huracán soplándote en la cara (y luego tienes que remontar una duna y vadear un mini-río, como si no fuera suficiente), y ese es el camino más corto. Aguanté la piel de gallina porque después de todo es espectacular, y además conocí a un kitesurfista, interesante especie, cuando conseguí entender lo que quería de mí le ayudé a doblar su cometa y tuve la oportunidad de decirle lo que me había gustado verle desde la playa moviéndose por el mar como una moto acuática humana, me parece un deporte genial, aunque cada uno con el suyo, para mí el mío (la marcha ¿atlética? y los hoteles buenísimos).
A la mañana siguiente salgo con la sonrisa ya totalmente restaurada,
el medio huracán sigue soplando y parece que siempre lo tengo en contra vaya por donde vaya, pero descubro que si se te mete por las orejas, que suele ser el caso, te puedes poner los cascos (sin música mismamente) y ya no se mete ahí, funciona muy bien, o sea que son cascos multi-usos, me gustan las cosas multi-usos. El camino sigue siendo precioso, con sus árboles, flores y pajaritos cantando (hasta un cuco he oído en esta etapa),
pronto llego al pueblito de Bordeira,
Un descanso en el camino.
Aquí creo que más bien parezco que vengo de hacer la compra en el super y que estoy descansando un poco antes de llegar a casa, sólo me faltan las hojas de los puerros asomándose por la bolsa, podría buscarme algunas para ir más camuflada a mis futuras travesías ¿no os parece?
Esto es el mundo rural a tope.
Hay muchos molinos antiguos por toda la zona, algunos más restaurados que otros, funcionando no hay ninguno (para eso están las turbinas, los molinos de viento de hoy en día), a alguno le han añadido alguna construcción en anexo y son viviendas muy originales, el de la foto estaba abandonado,
aquí están las ruedas de moler y todo, es curioso ¿verdad?
Aquí un mojón en el camino, los de este tipo tampoco da gustito pisarlos, y en esta caminata los hitos kilométricos me han acompañado por todo el camino, llevando la cuenta de mis progresos. Este dice que “Odesseixe” está a 18 kilómetros, es una forma de escribirlo muy antigua pero me encanta con la doble ese, siempre lo voy a escribir así, nunca más voy a escribir Odeceixe con c.
Son 20 kilómetros de Carraspateira a Aljezur y el camino se me hizo un poco largo, muy bonito pero muy largo, pero te sobrepones y llegas. De hecho fue a pocos kilómetros de Aljezur que se paró un coche y un señor me preguntó que si iba a Aljezur y si me llevaba... ya tengo práctica explicando que es una caminata y que no puedo ir en coche, porque no fue el único que se paró para llevarme… me parece que cuadra muy bien con la simpatía que encontré en toda esta zona de Portugal en general, es como el mundo rural donde todos se fían de todos, el mundo donde dejas las puertas de tu casa abiertas por la noche… mi experiencia fue muy buena… me encantó la simpatía que encontré.
A todo se llega, con agujetas o sin ellas (fue con) y llegué a Aljezur (casi 5 horas, tranquilamente, dos paradas-Sumol porque si ves una venta de carretera no es para despreciarla, hay que entrar y refrescarse ¿no?).
Mañana, de Aljezur a Odesseixe, ya en la frontera norte del Algarve… .
TRAVESÍA SUPERCONJUNTADA DEL ALGARVE, SEXTA PARTE (I)
Qué buena sensación estar de nuevo en la carretera, poniendo un pie tras otro, con zapatos rosas esta vez, libre y feliz. El plan: Budens-Carrapateira-Aljezur-Odeceixe, a pie, del 10 al 12 de abril inclusive.
Elegí el pequeño pueblo de Budens como punto de partida, primero porque de lo que ya he recorrido (Vila Real-Cabo S.Vicente) es el sitio que cae más cerca de una interesante carretera que me lleve en dirección Lisboa básicamente por la costa, y segundo porque tiene un peaso complejo de apartamentos de lujo con sauna, campos de golf, masajes, plasma, paredes de espejos, ventanas panorámicas y tal, bueno, la verdad es que no lo elegí por eso, era lo que había, qué desgracia la mía, jaja, y donde me tuve que quedar, pero el apartamento era impresionante (y eso que yo estaba en la parte más económica), me he aficionado seriamente, .
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eso sí, no conseguía que funcionaran la mitad de las cacharros allí dentro, eran demasiado complicados, y me perdía entre las tres plantas que tenía la casa, los dos dormitorios, dos terrazas y tres cuartos de baño, y la recepción estaba a un cuarto de hora andando, pero ¿qué le vamos a hacer? El Parque da Floresta (o Quinta da Encosta Velha en este caso) me hizo feliz. En la recepción se creían que me acababa de bajar de un coche, me decían donde tenía que aparcar y todo y yo decía ah, sí, sí, y nunca llegaron a saber que no tengo coche, que sólo tengo mis pies, mis piernas, el bus que me ha dejado aquí y mucha determinación.
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La verdad es que sienta bien empezar una caminata en medio del lujo total. Y lo empiezo: salgo tempranito y con una gran sonrisa hacia el pueblo de Carrapateira.
Voy provista de una serie de pantallazos-satélite bajados del googlemaps que se supone que me van a ayudar a encontrar la confluencia de los caminos de los campos de golf del Parque da Floresta y otros caminos rurales de la zona con la carretera que lleva al pueblo de Pedralva:
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tengo nueve de ellos en papelitos, todo lleno de flechitas y anotaciones tipo “métete por aquí”. Ya sabía que era un poco arriesgado para una persona que no tiene ningún sentido de la orientación como es mi desgraciado caso, pero ¡ya tengo brújula!, que creo que es un adelanto…
Y por supuesto que me perdí. Iba bien, había conseguido sortear todo tipo de obstáculos y dudas y chalets con grandes vallas y montones de piedras en el suelo, y mira que todo iba tan bien que ya había cumplido con la parte difícil y sólo tenía que llegar al cruce del último caminito con la carretera a Pedralva... pero camino y camino por ese último tramo y empiezo a pensar pero ¿cuándo se va a acabar este camino por el bosque? ¿Dónde está la maldita carretera? Porque… me estoy adentrando en el bosque… cada vez más… porque no hay carretera… porque sólo hay bosque… y más bosque… mecachilamar, ¡¡estoy perdida en el bosque!! Saco la brújula y consulto la dirección que llevo y… llevo otra… y joéeeeee, ¿qué hago ahora? ¡Le tengo que preguntar a alguien! ¡Pero no hay nadie! Es que a ver a quién se lo pregunto, porque en la hora y cuarto que llevo andando me he cruzado con un total de… un coche, o sea que las probabilidades de… bueno, no pienses en probabilidades ni nada, piensa en cómo puedes salir de aquí. ¡Me tengo que encontrar con alguien para preguntar!
Y a esto, cuando estoy ya volviendo sobre mis pasos para al menos no perderme más, aparece en el horizonte una autocaravana. Salgo disparada hacia ella, me da igual que esté llena de hippies o de quién sea, tengo que pararla como sea y preguntar dónde estoy.... Y claro que la supuesta panda de hippies, a la vista de una persona haciendo aspavientos y gesticulaciones y con los ojos que se le salen de las órbitas, paran. No son una panda de hippies. Es una pareja mayor, muy simpática, pero que no entiende portugués y no sabe de qué estoy hablando. Son franceses… podemos hablar… y me ayudan muchísimo, porque mi problema es un poco complicado. Ellos llevan dirección a Pedralva y saben que van bien, pero ¿dónde estamos?, y ¿dónde está la maldita carretera?
Y al final resulta que todo es un malentendido mío, un malentendido bicéfalo: 1. que giré a la izquierda donde tenía que girar pero no me di cuenta, y 2. que la carretera a Pedralva, que yo había configurado en mi imaginación como perfectamente asfaltada con sus señales y rayas blancas y casi con aceras y todo… no tiene asfalto. ¡La carretera a Pedralva es esto! ¡Es esta senda polvorienta en medio del bosque! ¡O sea que voy bien!
Vous m'avez sauvée, vous m'avez sauvée! digo a mis simpatiquísimos franceses y ahora más que nunca me doy cuenta de que es una buenísima cosa saber idiomas, nunca se sabe cuando te pueden sacar de un apuro, así que poneros todos a estudiar francés ya, no os vayáis a perder en un bosque y necesitarlo.
Uffff… con grandes resoplos de alivio sigo mi camino y pronto llego a Pedralva,
donde hago la parada del Sumol, con un Sumol que prudentemente llevo en el bolso por si están cerrados el bar y medio que hay en el pueblo (y lo están).
Muy especial, el pueblo. Muy chiquitito y todo en medio de la nada, pero la nada es bonita en este caso y lo están rehabilitando para el turismo, ya que se había emigrado casi todo el mundo y un grupo de personas del pueblo decidieron que eso no podía ser, que tanta tranquilidad y tanta belleza las tenía que aprovechar alguien… y ahora tiene sus apartamentos y casitas del pueblo donde te puedes quedar y su restaurante y su vida de nuevo. Un poco demasiado tranquilo para mis gustos, y si no tienes coche estás perdido, pero es un pueblo atractivo, sí sí,
y rodeado de un paisaje impresionante. Yo no me lo esperaba, me figuraba que toda la zona era seca, desértica, por algún motivo y me ha sorprendido gratamente.
Pues nada, hala, la carretera de nuevo, sigo mi camino, ya sin sobresaltos y con asfalto (el asfalto es lo mío, me encanta el asfalto) y dentro de hora y media ya me veo llegando a Carrapateira…
pero eso os lo contaré mañana en la segunda parte. .
Pasado mañana continua la travesía. Pasado mañana salgo de Sevilla a las 7,30 de la mañana camino al extremo más lejano del Algarve, y de allí subo (geográficamente y físicamente, en algún momento, quizás) hacia Odeceixe, o sea día 1 Budens-Carrapateira, día 2 Carrapateira-Aljezur, día 3 Aljezur-Odeceixe, si Dios quiere, con la ayuda de mis pies y mis piernas. ¡Qué ilu! La travesía, pues, sí, y ahora con auriculares aparentes:
Porque hasta una superconjuntada tiene que evolucionar y modernizarse, oye. Y he tenido muchas ideas estos meses sobre cómo optimizar recursos, ir más conjuntada y mejor, ahorrar disgustos, reducir peso.
Aunque a la vista de todas las mini mini mini cosas que llevo, parece que es la Barbie que va a hacer la caminata, no yo. Postearé los resultados, como siempre. Vamos a ver cómo va todo…
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P.D. He estado apartada del mundo bloguero porque llevo 3 semanitas como loca, estoy preparando la exposición sobre los bares con Ana, la perfo-poesía portuguesa con Carmen y Cris, hasta la Asamblea General del CCL… o sea sin respiro, funcionando por pura energía nerviosa. Mañana es el último día de eso :)