TRAVESÍA SUPERCONJUNTADA DEL ALGARVE, SEXTA PARTE (II)
Que, llegué a Carrapateira.
Una mezcla de lo hippie y lo árabe, mochilas, turistas gritando, viejos carraspeando y perros babeándote, algún borracho, es un pueblo muy pequeñito y a pesar de todo tranquilo (ya sé que parece imposible). Arranca más tarde que yo por la mañana. 55 minutos han tardado en traerme la comida en el restaurante. La verdad es que no ha sido mi sitio favorito de esta travesía.
El apartamentito,
el apartamentito distaba un poco de los del Parque da Floresta, bueno, no un poco, un mucho, pero rebosaba simpatía y alegría y el dueño era un encanto, eso me gustaba de Carrapateira, la simpatía que encontré en los apartamentitos Las Dunas, aunque es difícil acostumbrarte después del P. de F., hablando del P. da F. acabo de encontrar esto en mi diario:
“Me gusta el dormitorio este, oye. ¡Es mejor que el dormitorio oeste! Aquí podrían dormir 18 hippies perfectamente."
Y la playa de Carrapateira, o de Carraspateira como la estaba llamando ya, la famosa playa está a quince minutos de distancia laburando cuesta arriba por un sendero de arena movediza con un huracán soplándote en la cara (y luego tienes que remontar una duna y vadear un mini-río, como si no fuera suficiente), y ese es el camino más corto. Aguanté la piel de gallina porque después de todo es espectacular, y además conocí a un kitesurfista, interesante especie, cuando conseguí entender lo que quería de mí le ayudé a doblar su cometa y tuve la oportunidad de decirle lo que me había gustado verle desde la playa moviéndose por el mar como una moto acuática humana, me parece un deporte genial, aunque cada uno con el suyo, para mí el mío (la marcha ¿atlética? y los hoteles buenísimos).
A la mañana siguiente salgo con la sonrisa ya totalmente restaurada,
el medio huracán sigue soplando y parece que siempre lo tengo en contra vaya por donde vaya, pero descubro que si se te mete por las orejas, que suele ser el caso, te puedes poner los cascos (sin música mismamente) y ya no se mete ahí, funciona muy bien, o sea que son cascos multi-usos, me gustan las cosas multi-usos. El camino sigue siendo precioso, con sus árboles, flores y pajaritos cantando (hasta un cuco he oído en esta etapa),
pronto llego al pueblito de Bordeira,
Un descanso en el camino.
Aquí creo que más bien parezco que vengo de hacer la compra en el super y que estoy descansando un poco antes de llegar a casa, sólo me faltan las hojas de los puerros asomándose por la bolsa, podría buscarme algunas para ir más camuflada a mis futuras travesías ¿no os parece?
Esto es el mundo rural a tope.
Hay muchos molinos antiguos por toda la zona, algunos más restaurados que otros, funcionando no hay ninguno (para eso están las turbinas, los molinos de viento de hoy en día), a alguno le han añadido alguna construcción en anexo y son viviendas muy originales, el de la foto estaba abandonado,
aquí están las ruedas de moler y todo, es curioso ¿verdad?
Aquí un mojón en el camino, los de este tipo tampoco da gustito pisarlos, y en esta caminata los hitos kilométricos me han acompañado por todo el camino, llevando la cuenta de mis progresos. Este dice que “Odesseixe” está a 18 kilómetros, es una forma de escribirlo muy antigua pero me encanta con la doble ese, siempre lo voy a escribir así, nunca más voy a escribir Odeceixe con c.
Son 20 kilómetros de Carraspateira a Aljezur y el camino se me hizo un poco largo, muy bonito pero muy largo, pero te sobrepones y llegas. De hecho fue a pocos kilómetros de Aljezur que se paró un coche y un señor me preguntó que si iba a Aljezur y si me llevaba... ya tengo práctica explicando que es una caminata y que no puedo ir en coche, porque no fue el único que se paró para llevarme… me parece que cuadra muy bien con la simpatía que encontré en toda esta zona de Portugal en general, es como el mundo rural donde todos se fían de todos, el mundo donde dejas las puertas de tu casa abiertas por la noche… mi experiencia fue muy buena… me encantó la simpatía que encontré.
A todo se llega, con agujetas o sin ellas (fue con) y llegué a Aljezur (casi 5 horas, tranquilamente, dos paradas-Sumol porque si ves una venta de carretera no es para despreciarla, hay que entrar y refrescarse ¿no?).
Mañana, de Aljezur a Odesseixe, ya en la frontera norte del Algarve… .