La Taberna de Fados vista por los ojos de Pau/Amália. . Antes de empezar.
Corre corre corre. Corre, corre. Corre. ¿Pero tendré todo listo a tiempo? Los programas de mano, las fotocopias, los cuadritos, los carteles, el vestuario de todo el mundo, la siesta, ¿la siesta? Bajo a hacer las fotocopias del programa: manchas, rayas, charcos de tinta, transparencias, puuagh, tuvieron que tirar 80 a la basura. Me he enemistado con todas las copisterías de mi barrio y he sacado los programas por la impresora.
Ya estamos en el pub. Corre, corre, corre. Colgando cuadros quitando cosas poniendo cosas organizando el vestuario. Carlos es ingeniero y consigue colgar una cortina y el cartel de Don Sandeman.
Delegando responsabilidades. Olvidándome de las responsabilidades propias y de las de los demás. Es - que - no - hay - tiempo. Ya me estoy vistiendo de Amália, ya me estoy maquillando y pintándome las ojeras, el rimel corrido, el pelo revuelto, la cara de alcohólica. Empezamos a las 8. Ya son las 8. Los músicos venían a las 7, ¿no? Son las 8… y todavía no han llegado. ¿Quéeeee? El local está a rebosar de gente, hay gente subida en taburetes para poder ver, no cabe ni un alfiler, es el llenazo absoluto.. y no hay ni un solo músico, bueno, sólo Rui, que toca en playback.
El público.
¡Ah! ¡Aquí vienen! Pero no pueden pasar, hay demasiada gente. La gente no les deja pasar. Tienen que aclarar que son los músicos para que les dejen pasar. Pero al menos están aquí. No hemos hecho la prueba de sonido todavía, pero tenemos que empezar ya. El público está inquieto. Oigo voces impacientes detrás de mí, 'cuando tú quieras', 'empieza ya', yo no necesito los músicos para mi canción, es en playback, hago de tripas corazón y empiezo. ‘Lisboa Alcoólica’. Mientras canto hacen la prueba de sonido (sin sonido, claro) y enchufan sus cables. Tengo un camarero propio (Sergio) que me sirve miles de bebidas durante la canción. Es un buenísimo actor que nunca falla, me tranquiliza. Al principio me sentía horrible pero ahora la canción no va nada mal.
Cantando Lisboa Alcoólica con Rui (Dani).
Carmen presenta. Chari canta (es la fadista principal). Falta un cable del piano, o algo así. Hay que improvisar mientras lo solucionan. No improviso. La próxima vez, sí. Fallos técnicos, silencio, caos generalizado en el escenario. Me aferro a la idea de que el público lo notará bastante menos que nosotros. El caos dura unos diez segundos (para el público), y unos diez horas (para nosotros).
Chari (o Rosario Solano).
Luego estoy muy a gusto en mi papel de Amália. Sólo tengo que sentarme en una esquina de la barra, poner mala cara y beber, beber y beber.
Chari (o Rosario Solano como la conocemos en estos círculos) canta como los ángeles. Los guitarristas Yorgos y Chemón y el pianista Vítor son tremendamente buenos. A pesar de los retrasos y los sustos, cuando trabajas con profesionales tan buenos, se nota. Y todo va bien.
‘Recusa’, el desafío, la pelea de fadistas. Primero yo tengo que tirarme al suelo (supuestamente borracha) desde lo alto y mi marido Rui viene corriendo a salvarme. Me voy a tirar y mi marido no viene corriendo, inexplicablemente se queda parado en medio. Me tiro de todas formas. Y ya viene, pero justo a tiempo. En vez de caer en sus brazos caigo a sus pies, pero me salva del porrazo contra el suelo. La canción-pelea sale extraordinariamente bien. Ya estamos en vena.
Mi siguiente canción es ‘Feira de Castro’. Ayudada por mi guardaespaldas Joaquina, me cambio de ropa y salgo al escenario. Y ¡sorpresa! Feira de Castro, que es mi canción más difícil, rápida, movida y con una secuencia de baile en medio, ¡sale bien! Además estoy ya muy relajada. Hago el ganso con mi bailarín, además él es tan gracioso con su peluca (que pierde a la mitad de la canción) y el tema está tan lleno de alusiones a grandes borracheras que el público se pasa el rato riéndose y nadie vislumbra ni siquiera los meses de inseguridad que he tenido con esta canción, inseguridad con mis capacidades como cantante (cosa que no soy), los ensayos a diario (pobres vecinos), el deseo de terminar con todo esto y no cantar nunca nunca nunca ni un fado más. Pero todo eso lo dejé atrás. Lo paso muy bien.
Con Carlos en 'Feira de Castro'.
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Después de la actuación nuestra vienen los (falsos) espontáneos. Falsos, porque dos días antes pasamos la tarde entera con ellos ensayando todas sus canciones. Son maravillosos. Todos. Son buenísimos. Cada uno a su manera. Mucha variedad y mucho arte. Amália les aúpa desde su esquina de la barra. En realidad yo soy la única espontánea verdadera, porque interrumpo cuando me da la gana y canto una canción.
Las espontáneas Bili y Felisa.
Mi papel como fadista alcohólica, como os decía, consistía en sentarme en una esquina de la barra y beber, beber y beber. Lo que no sabía el público es que dentro de los botellines de cerveza portuguesa que me tragaba con tanta ansiedad sólo había agua… sólo empecé a beber casi al final del espectáculo (aunque luego recuperé el tiempo perdido)… hartarte de beber cerveza está muy bien pero no contribuye mucho a la coordinación, que digamos…
El público, un diez. Y mira que aguantó mucho, allí de pie la mayoría, había hasta gente en la calle, muchos no consiguieron entrar ni siquiera. Eso me dió pena. Pero ya relajadísima al final de todo, fue genial poder saludarle a todo el mundo. Mi momento favorito. Mis gracias desde aquí al CCL que lo hizo posible, al Pub Mariscal, a Chari, que se encargó de mucho más que lo que le correspondía, a todos los que participaron y ayudaron.
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Con Joaquina a Porteira (Mau). Gracias Dani y ¿Carlos? ¿Carmen? por las fotos
El día siguiente me puse mala, los comienzos de una faringitis que se me ha complicado un poco por razones que contaré en otro post, y llevo exactamente una semana afónica, ni un hilillo de voz. Sólo puedo dar las gracias (no sé a quién, en este caso) por la suerte que he tenido que me pasara después y no antes de la Taberna de Fados.
Montamos una recreación de una Taberna de Fados lisboeta aquí en Sevilla, con fadistas, guitarristas, un pianista, un violinista invitado, espontáneos, bebidas, tapas, ambientación, un bailarín benfiquista, guitarra portuguesa, laúd árabe, vestuario completo, una portera cabreada para controlar al público si se pasa de la raya, un camarero atontao que pone cervezas a una fadista borracha (yo).....
Rosario Solano (también conocida como Augusta Branco o la Chari) tiene una voz privilegiada y siempre da gusto oírle. Cuando no se las está ingeniando para cantar fados en los garitos y locales más emblemáticos de Lisboa en veladas nocturnas de las que yo me escaqueo (jeje), está dando conciertos por Sevilla y otros sitios. Es muy buena.
Y yo en cambio, en mi papel de la alcohólica Amália, doy el pego más o menos con los fados (de los que invento mi propia letra) y me supero en la adicción a todos los vicios, el caerme borracha y el insultar al público y a mi pobre marido guitarrista, Rui:
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Sí, es Dani, el mismo que fue perseguido por un perro rabioso en la Sevibici en el post del otro día y el que ha estado en Génova, el mismo. Rui, por cierto, harto de los insultos y excesos de su mujer Amália pero incapaz de dejarla, es bígamo... tiene otra mujer. Pero bueno, si estáis en Sevilla y queréis ver los enredos de la fadistagem de aquí de primera mano y disfrutar de un ambiente muy portugués y un poco loco con una bonita música, venid a vernos. A las 20h en el Pub Mariscal (C/Mariscal, Santa Cruz). Empezaremos puntual.
Me gusta viajar sola. En tres palabras, viajar sola mola.
Ya estoy tramando algunos viajes para este año. Como si mis incursiones en la extraña y basurienta Albania en Agosto no fueran suficientes, voy a volver a Tirana unos días en junio. Es que es una ciudad tan surrealista y fascinante (y tan llena de maniquíes despedazados) que me quedé con las ganas de ver más. A ver si esta vez lo puedo hacer sin torcerme el pie en un bache en la acera.
¡Eso es lo que me pasa por ir mirando hacia arriba!
Y en julio se casa una amiga mía en Italia y es otra buena excusa. Aprovecharé para darme una vuelta por los lugares menos playeros de la costa liguriana, como La Spezia.
La Spezia. ¿Cómo será La Spezia? ¿Y Génova? Desde luego lo mío parece ser las metrópolis periféricas y las aglomeraciones industriales, y no los pueblitos bonitos. Siempre que tienen un bar donde tomarse una cervecita y una terraza donde pueda sentarme a escribir el diario....
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Pero ¿qué os parece esto como hotel?
¿No es la pera? Está en un barrio de Génova. Como está invadido por los desconchones y necesita una reforma (o algo así, seguramente) está bastante bien de precio, y yo, previsora como casi siempre, ¡ya tengo mi habitación!
También he encontrado este en Oporto:
Aunque sería para un poco más adelante.
. ¿Por qué no puede ser verano ya? ¿Por qué no puede ser primavera al menos? ¿Pero cuánto va a durar este invierno?