domingo, 1 de enero de 2006

 

Cosas buenas de Inglaterra, pocas pero algunas, aquí hay una:



Y aquí hay otra:



El Quiggins, el mejor sitio de Liverpool para comer acompañada por pintas y jarras, y en este caso por pepes y albertos que estaban de visita por estas tierras. Yo en mi primera juventud trabajé de guía turística y aprendí habilidades que he conservado hasta hoy, y a pesar de no saber dónde está casi nada en Liverpool conseguí encontrar el Quiggins y allí nos quedamos casi todo el día bebiendo pintsalaaager y la media hora que nos quedó también supe aprovecharla metiéndo a los visitantes en una estación de tren que hace cien años que no la limpian, no, si esa es la gracia que tiene, retrocedes en el tiempo, es un viaje a principios de siglo, y no una estación de tren un poco guarrilla, que es lo que puede parecer al ojo inexperto. En realidad la única actividad turística que hemos desarrollado en todo el día ha sido los cinco minutos que pasamos fotografiando a una japonesita (a petición suya, claro). Y mirando un poco el río con sus lodos tóxicos y este edificio,

que es donde trabajó mi abuelo por cierto. Bonito día, yo me lo pasé bien al menos, con tantas pintas en el Quiggins, jejeje.

Ayer día 31 he intentado acostarme a las 11 y media pero mi madre no me ha dejado, así que me he acostado a las 12 y media. Después del fin de mi última pareja hay muchas cosas que han acabado en mi vida, y una de ellas es celebrar la nochevieja.

Hoy salí pitando (no literalmente) a dar un paseo por tierras cercanas a donde crecí pero igualmente desconocidas para mí, no conozco nada me cachis, y lo poco que conocía antes se me ha olvidado. Cualquier paseo que empieza en el parking del pub de mi calle es bueno, porque es como una puerta secreta a un mundo rural oculto (oculto detrás del pub) y bucólico, y hermoso. Ya que tengo unas botas me atrevo con todos los barrizales que se me presenten y no puedo parar.... y a ver quién es la idiota sin sentido de la orientación que se mete en una especie de sendero-lodazal que pone Footpath to Thingwall y que hay que trepar por encima de una valla de madera para entrar... después de media hora de sortear fangales negros, árboles caídos y carteles que ponen Propiedad Privada - ah, y cuatro o cinco dilemas terribles tipo "¿será por aquí por este tronco de árbol lleno de moho cruzando el río?" o "¿será por esta espesura que parece que en sus tiempos hace muchos años fue un camino transitable?" me doy cuenta de que estoy completamente... perdida... ups... y vaya trabajo para volver por donde había venido, no había nadie por supuesto, aquello era bosque profundo, sólo había un momento en que ví un hombre con su perro y luego una .. persona, no sé qué era.. sentada en una roca en alto con una cosa blanca en la cabeza, que parecía un fantasma.... y yo dando vueltas alrededor yendo y viniendo inútilmente por todos las bifurcaciones y semibifurcaciones y con miedo en el cuerpo ya... el Plan B por si no conseguía salir era preguntar al fantasma, menos mal que he podido usar el Plan A y he salido (aunque en realidad esto era el Plan B, porque el Plan A era salir por el otro lado, claro, no por el mismo).... al final salí por otro sitio por otra valla bastante lejos de donde había entrado, y al final bastante cerca de mi casa..... ayyy, esto es toda acción, no me aburro desde luego....

Etiquetas: Cervecitas

empollado y puesto por Pau 19:21

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