Me he enterado de muchíiiiiisimos tipos de bragas que no sabía ni que existían, gracias a vuestros coments. ¡Guau! Y eso por no hablar de las prendas masculinas, no dejéis de visitar el blog de José.
Oyes, voy a repetir lo que añadí al post de ayer, si no os importa, porque me hace gracia y creo que es necesario:
Si alguien ha llegado aquí desde la página de borjamari buscando casposidad y tocamientos de fondo, ¡hola, bienvenido a mi blog!, y ahora váis a mi post del 28 de septiembre para ver porqué este individuo me ha puesto a parir. ¡Ole y ole!
¿Pongo este post hoy? ¿El de la foto comprometida y las locuras? Quizás hay mucha densidad de estas cosas últimamente pero es que hoy he leido el diario en cuestión así que ... no puedo resistirlo y allá voy. Enemigos de las formas femeninas, no miréis, ¿vale? Además estamos hablando de hace mucho tiempo, ¿eh? Ahora soy una persona seria, ehem, ehem...
¡Mirad esta niña, tan inócua, tan inocente! ¿Qué podría hacer esta inofensiva criatura en unas vacaciones por Galicia con su amiga Susana allá por el año .... 84?
Pues empezemos.
Fuimos en autoestop naturalmente. De sitio en sitio, desde Salamanca, y el primer sitio en que paramos era Puebla de Sanabria, no pudimos llegar a Galicia en un solo día. Por la tarde realizamos un viaje de reconocimiento a ver qué vida nocturna había por ahí y uuuh, sólo había ocho bares en todo el pueblo, pero bueno, no pasaba nada, luego a la noche fuimos a tomar un par de copas ... en cada uno de los ocho bares. Resultado: que yo cogí una de los mayores peos de mi vida (y Susana también, pero a mí me afectó más, claro, con lo inocente que era, ¡miren la foto del tren!) y no podía ni levantarme del suelo (ver fotografía adjunta, ejem). Susana tuvo que llevarme a casa en brazos, o arrastrándome, o a patadas, o yoquesé cómo porque no lo sé.
Día siguiente. De buena mañana (vale, no tan buena tan buena) nos subimos al coche de un señor muy amable que iba donde nosotras íbamos. Lo único era que entre donde nosotras íbamos y donde nosotras estábamos había una carretera plagada de curvas de vértigo y .... a la media hora Pau empieza a encontrarse mal. "Oye, ¿te has pintado la cara de verde de cachondeo, o de verdad?" "Uuuh .... uuuh ... uuuh... para el coche ....." "¿Qué?" "Cómo?" "para el coche" "Ah, claro ..." ..... y salgo disparada y me caigo a un arbusto y vomito hasta las más recónditas esencias de mi inexistente desayuno. Ohú ohú, y el pobre hombre pensaba que era porque él conducía mal ....
Pontevedra (otro más de los muchos sitios que visitamos). Estuvimos en una pensión fantástica, laberíntica, y todo lleno de conchas de peregrino. Conchas llavero, conchas cenicero, conchas cuadro, conchas jabonera, conchas hasta en la sopa, literalmente. Y tuvimos la diabólica idea de tomarles el pelo a la gente del hostal y ponernos las conchas en la cabeza y bajar a recepción ... qué malas malísimas que éramos, virgen santa de los peregrinos ... y bajamos a recepción cada una con una concha en la cabeza, pero superserias las dos, ni una risita, y preguntamos muy serias qué autobús había que tomar para ir a la playa, y nos explicaron lo del autobús y estaban alucinando por las sendas conchas que llevábamos en la cabeza, pero no se atrevieron a decirnos nada...
Y eso no es todo no no no no....
La Coruña. En La Coruña estuvimos en otra pensión, teníamos una habitación muy grande, con una terraza acristalada. Y resulta que salimos a comer y cuando volvimos al hostal había entrado alguien allí y había tendido la colada en nuestro balcón. No sabíamos quién, alguien del hostal sería, pero una señora muy gorda muy gorda, porque aquello de repente estaba lleno de bragas gigantescas, corsés colosales y sostenes titánicos ... y claro, había que probarse algo porque era un momento irrepetible. Así que ... muuuy buena la que montamos disfrazándonos de las prendas de la enorme señora, sí sí. No saco la foto de Susana con las bragas que le llegaban hasta el escote porque no está aquí para darme permiso, pero sí saco la mía del corsé, que creo que va a ser la portada de mi eventual libro. ¡Hasta pronto!