Hoola, Hooola, he estado hablando con Buho por el Messenger, ya van dos latas de cerveza, una de mejillones y 3 de almendras (3 unidades, perdón, no 3 latas), pero eso no es suficiente para alimentar ni a un pajarito y mucho menos a la superenorme y robusta Pau, así que voy a escribir el blog y luego voy a cenar algo porque esto no puede ser. Una vez perdí 3 kilos en una semana por entretenerme demasiado en Internet.
He de ir a Barcelona, sí, un fin de semana iré, pero no sé cuál todavía. Ya me lo dirá Iberia, mis 2 amigos virtuales y los límites de mi escaso presupuesto. Pero iré pronto. Mapetece.
Me ha encantado saber (por los coments, claro) que a veces los hombres también sienten la soledad cuando se toman una cerveza apartadamente y unitariamente en un bar, es una unidad de persona la que se toma la cerveza, claro, pero visto desde fuera nunca es una persona sola sino un hombre solo o una mujer sola. En este caso sí distinguimos entre géneros, yo por lo menos, muy a mi pesar, y sospecho que todo el mundo. Esa mujer allí sentada, tan callada y tan pensativa, bebiendo su cerveza, ¿será la novia del camarero/la pretendiente del dueño/le han dado un plantón/le ha dejado el novio/está sola en el mundo/no tiene amigos/es una descarrilada, sexoadicta/o alcohólica/o de qué otro clavo está colgada ella? Y ese hombre empinando el codo él solito, ¿no se estará tomando una cerveza? Desde dentro de la cabeza de la mujer-sola-tomándose-una-cerveza-en-un-bar-donde-no-conoce-a-nadie-pero-tiene-marcha-y-le-apetece-tomarse-una-cerveza, eso es lo que les pasa por la cabeza a los demás. Sobre todo si es un viernes o un sábado noche, ¡imagínense! Yo lo he hecho porque algunas veces he tenido ganas de salir y en ese momento no he sido correspondida por nadie, los conocidos tienen cosas mejores que hacer, tienen pareja, tienen sueño, tienen otros amigos, tienen cena, tienen otros planes, tienen prisa, o son malos amigos. Y tú dudas entre aceptarlo y luchar contra ello, cuando pasa una vez no, pero cuando pasa una y otra vez sí. Le puede pasar a cualquiera. Y lo lógico es salir tú sola, ¿no?, si tienes ganas. Qué va, lo lógico no es salir sola, lo lógico es deshacerte en llanto furioso, querer irte de esta ciudad o echarte un novio que se ocupe de ti ya, qué cómodo, descansar en el brazo del otro, para siempre, pero no puedes hacer nada de eso, por lo menos esta noche. Y sales, sí, tienes marcha, te arreglas y sales a dar una vuelta, un paseo, tomarte una cerveza, lo mismo que un hombre, pero tú primero te devoras y te destrozas el pobre coco por dentro, y hasta la cerveza te sabe mal.
Bueno, antes de ocurrírseme este ventarrón de malas palabras (porque fue una época, me pasó algunas veces, nada más que eso, una necesidad que tuve, y nunca dejé de sonreir, ahora me encanta tomarme una cerveza sola precisamente porque no lo hago nunca, así es muy fácil), me ha parecido muy interesante lo siguiente, dicho en mis comentarios por chicos, sí, chicos, no chicas:
"te sientes muy raro, como si los demás te miraran, el parecer un bicho raro, solitario.... "
"Como que no?? Es justamente como me siento cuando salgo solo!" (o sea, que pasas de alegre a aburrido-conspicuo-raro-avergonzado-introvertido-deprimido-escondido),
menos mal, menos mal que no soy la única, aunque me interesa también mucho esta otra perspectiva masculina:
"Cuando salgo solo a tomarme una cerveza comienza en mi mente un proceso vegetativo gracias al cual ni me aburro ni veo conocidos ni nada. Simplemente me quedo en blanco con la única actividad neuronal de mandar al brazo asir el vaso, levantarlo, unirlo con mis labios y succionar el líquido amarillo. Mmmmmmmm, cerveeezaa..."
Yo cuando consigo llegar a ese estado soy feliz. Y he llegado, no te creas. He sido muy feliz en algunos momentos yo sola allí pensando, bebiendo mi única cerveza y cuando ha pasado eso he repetido y me he tomado dos y me he olvidado de todo. Cuando no estás en tu ciudad es fácil, o cuando has quedado con alguien más tarde, o cuando de verdad te han dado un plantón, pero pruébalo en esas circunstancias como ejercicio filosófico y social alguna vez y verás que no. Gracias a todos todos todos por los comentarios, me han entretenido mucho durante el día de hoy (cuando tenía que estar trabajando, je), Jaio, yo te aguanto esas maletas, que por cierto siempre acaban cabiendo en el servicio, claro, de pie, igual que tú...
Al Sur de Granada empieza como una comedia y termina como una tragedia (no os vayáis a fiar de mi crítica, yo no soy nadie pa decir ná ni ná), el pobre Gerald Brenan queda como el tonto del pueblo, que no es el caso en el libro, claro, escrito por él, es un intelectual pero en la película se pasa la mayor parte del tiempo boquiabierto, anonadado y con ganas de follar y cagar pero ... sí, me ha gustado. Muy simpática. A ver si hay alguna otra película con la palabra Sur en el título, iré. Pero el año que viene, para este año ya está bien de cine. O el año que viene quizás pruebe con la palabra "Norte".