Atraco a las tres
Atraco a las tres. Pues como lo oyes. Manatracado a las tres de la mañana. Esta mañana. Hace tiempo que ningún tío me ha saltado encima de esa manera tan apasioná. Al final mi amigo Edu se ha ido a casa de su otra amiga Pepa (que es simpatiquísima por cierto), decidió no quedarse en mi casa, y yo después de las múltiples cervecitas y ejércitos de caracoles tiré para Los Remedios yo solita. Incluso me querían acompañar, pero yo como no tengo miedo (y nunca lo tendré, espero), les decía que no que no que no. Hasta aquí todo normal. No sabía qué hora era, la verdad es que pensaba que era la una, una cosa así. La una, las dos ..... y eran las tres. Y cuando venía uno por la calle y luego cogía el mismo camino que yo, pues no pensaba que fuera atracador (mi barrio es tan tranquilo y este además no tenía pinta, parecía un niño bien cualquiera de los que pululan por aquí). (Aunque eso sí, todo el tiempo que oía los pasos yo iba pensando en otra vez hace unos años que había estado yendo a mi casa una noche y oía pasos detrás mía y pensaba todo el rato, este tío podría estar siguiéndome, pero sé que no lo está. Y sí que estaba siguiéndome. Porque empecé a cruzar la plaza y de repente en un arrebato el tío se me echa encima. Pensé oh-oh, ¿pero este será algún amigo mío de estos que me quieren muchísimo y me abrazan por la calle?, y cuando di la vuelta y ví que no, pensé te has equivocado tío y eché a correr. Y él tenía como cara de tonto, de pasmao, como pensando "pero ¿de verdad yo me he tirado encima de esta muchacha?" y también echó a correr, pero en la dirección contraria). Bueno, estaba yo pensando estas cosas y remolcando detrás este niño bien de Los Remedios y cuando llego a mi portal y abro la puerta y estoy entrando siento unas manos en los hombros. Y me digo, ¿otro amigo mío de estos que me quieren muchísimo y me abrazan por la calle? Pó no, cuando di la vuelta, no era ningún amigo mío, lógicamente, era un niño bien de Los Remedios que yo no conocía de nada. Así que abrí la boca y empecé a chillar como un cerdo degollado, porque creo que es lo mejor que puedes hacer en estos casos. No por miedo, porque tengo que decir que no sentía miedo, pero como si yo fuera una sirena, una alarma humana. Y para que alguien me oyera, y acudiera. Y lancé varios aullidos de estos a todo pulmón sin que nadie viniera y eso sí que me agobiaba un poco, es que no había nadie, y este tío me empujaba pa dentro y yo le empujaba pa fuera, o algo así, no sé por donde me tenía cogido porque no me acuerdo de esa parte, solo me acuerdo de mis chillidos, me habrá torcido la mano porque la tengo fastidiada hoy, pero ahora está mejor, y luego cuando me estaba hartando ya de tanto chillar me quitó el bolso de un tirón y se empezó a largar por la calle. Y yo sentía una inmensa rabia, pero inmensa inmensa, no me importaba enfrentarme a él, corrí tras él y empecé a gritarle todo lo fuerte que podía, gilipollas, ¿quién te crees? tú no te vas a ir así como así, tú no te vas a ir así, y no era por el bolso, el bolso no importaba, es que sentía una rabia tan fuerte, quería atacarle. Y dobló la esquina y pensé, no puedo, corre más que yo. Y me retiré y subí, y como que no me lo podía creer. Y no tenía miedo ni me daba susto ni nada, simplemente que no me lo podía creer. Y a los cinco minutos bajé a la calle otra vez porque pensé que igual había tirado mi bolso por ahi a alguna papelera o algo, y pensaba por dónde se podía haber metido, y buscaba mi bolso, y no me importaba volver a encontrarle, porque yo por esas calles siento que estoy en mi propio territorio, vale, soy un poco temeraria, no tenía miedo. Pero ya lo vi un poco inútil y subí de nuevo. Me da la sensación de que no era un tironero en principio, que buscaba otra cosa, porque el tirón se da igual por la calle ¿verdad?, ¿porqué se metió en el portal conmigo? ¿porqué quería meterme dentro del portal? no sé, me da esa sensación, y además no tengo experiencia de tirones de bolsos, nunca me había pasado. He tenido varias experiencias de estas, pero nunca han estado buscando dinero, ¡¡¡sólo sexo!!! Así que parece que no veo más lejos que eso. Pero bueno, cosas buenas y cosas malas, se ha llevado un botín de precisamente 2 euros, y todo en calderilla encima, aunque támbién mi carnet de identidad con mi dirección y las llaves que le iba a dar a Eduardo si se quedaba en mi casa (he cambiado las cerraduras esta mañana, me cachilamá qué coñazo y qué caro), y lo mejó mejó mejó de todo el asunto es que me había dejado el móvil en casa por un olvido - cosa que no hago nuuuunca .... así que no perdí el móvil que sí hubiera sido un trauma para mí, yo vivo con mi móvil pegado a mí como una tercera oreja, no soportaría perderlo. Qué cosas, qué cosas, luego voy a poner la denuncia, y otro día os hablaré de mis otros percances en el pasado, los de la Carretera de Carmona, territorio Comanche. Sí que llegué a conocer el miedo allí. Pero joder joder joder me niego a dejar de salir por la noche o de ir donde y cuando me da la gana por miedo a cosas que probablemente no pasarán. Mis atracos. Yo nunca he atracado a ningún tío ni he saltado encima de nadie, ni le he cogido el culo a nadie ni ná ni ná ni ná. ¿Porqué ellos sí? Pasando a cosas más digestivas, me alegro mucho de que Diego diga en su blog que le gusta mi blog. Pues él sabe que yo también leo el suyo con mucha avidez, y no quiero que cambie su estilo para nada, no, no. Total, a todo esto he dormido 3 ó 4 horas nada más esta noche también. ¿Cuándo volverá la normalidad? Pensaba que la normalidad volvía con la visita de Edu. Pero no, no hay normalidad todavía. Todo está revuelto, extraño, ¿porqué estoy viviendo esta vida maniática de casualidades, de acontecimientos desquiciados, todo tan fuera de órbita ..? Me quiero bajar del autobús, me quedo aquí, no sé qué va a pasar ahora .....