Ya hemos hecho el teatro, ha ido genial, el viernes incluso se llenó la sala, aforo completo (con el milagro de que tampoco se quedó nadie fuera).
Ha ido tan bien que parece mentira, el jueves y el viernes también, la gente se hartaba de reir y todos los pequeños contratiempos hemos podido salir de ellos airosos, improvisando.
Como por ejemplo que se le cayó el bigote a mi marido guitarrista, y encima los dos días (bueno, el segundo día se lo quitó él para evitar males mayores, con el consiguiente enfado de su temible mujer fadista, claro), y una peluca se fue volando en una escena un poco movida, pero total que esto es una comedia loca, así que no hubo problema.
Todos los actores y actrices han hecho un trabajo increíble, les ha salido estupendamente, todos lo han (hemos) dado todo y el público también, el trabajo tan grande ha merecido la pena, y cómo.
Yo llevaba semanas con un ritmo de estos de 7,30 de la mañana a 12 de la noche, y ahora me voy a dedicar a descansar, dormir, postear y cosas así.
Me ha costado un poco aceptar que se ha acabado, creo que todos sabemos que esta experiencia es irrepetible y mágica y yo por lo menos el sábado por la mañana sentía un vacío muy raro (bueno, es lógico que yo lo sintiera más que los demás por ser la más implicada como autora, organizadora y directora aparte de actriz). Pero lo he podido paliar un poco tomándome una cerveza con Pepe que además ha sido responsable de algunas de las ideas de la obra y que me ha podido comentar qué le pareció todo.
Ahora Blogger no me deja subir más imágenes, vete a saber por qué. ¿Por qué?
Vamos a investigar a ver cómo podemos llevar la obra a una sala de teatro, no puede acabar aquí. Merece la pena.
Una cosa, Carlos, ¿quién eres?
Otra cosa, Rosa, ¿viniste?
Y otra, que gracias a todos los que habéis estado implicados, habéis estado geniales. empollado y puesto por
Pau
21:20