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lunes, mayo 29

 
Marcos en el sofá. Marcos en la cama. Marcos en el suelo. Marcos contra la pared. Marcos en todos los rincones de mi casa.

Y hoy al despertarme, me duele todo. ¿Es por la falta de costumbre, o me he pasado con las posturas raras?

Nonono, no he ligado, es que estoy preparando una exposición de fotografía.



sábado, mayo 27

 
Tres días de reuniones importantes, de cariño con personas, de sentirme bien, de un examen del que salí muy preocupada y me fui a casa, de repetidas cervezas, de dormir poco pocochino, de oír música hippie, de crear cosas con las puntas de mis neuronas y de ser cantante de fados, me siento como un zumo natural de naranja (donde yo soy la naranja), como una tetería sin tetas, y me voy a dormir, 36 horas.



martes, mayo 23

 
Sí, Rurú, me han raptado los rusos, bueno, no exactamente, he estado en Lisboa, ah, y en mi casa, haciendo mil cosas.

He escrito una obra de teatro, sí, y encima en portugués (siempre añado esa coletilla cuando digo que he escrito algo, ¿verdad?, o sea que en español y como Dios manda no escribo casi nada).

He estado en Lisboa pero había unos ruidos muy extraños en la habitación y se me cayeron las bragas en la estación de Campo Grande, bueno, pude salir airosa de la situación con una maniobra muy hábil y si no se lo cuento a todo el mundo no lo llega a saber nadie. Cosas buenas de Lisboa,



bueno, aparte de eso, me encanta Lisboa, eso es una cosa buena, estuve en la Casa dos Loucos que es donde está ambientado el teatro que he escrito y que ve la luz ante mis actores mañana, otra cosa buena es que después de unos arduos esfuerzos de dos días conseguí quedar con mi amiga Cat para tomar varias cervezas y cosas por el Bairro Alto y en el bar de viejos del Cais de Sodré, que lo han rejuvenecido pero que me sigue encantando, no es un bar bonito ni nada, me gusta porque me recuerda a cuando quedaba con ella allí simplemente, otras veces me sentía un poco sola, creo que soy un ser muy sensible, o que nunca estoy contenta, si otras veces me encanta estar sola, pero había más cosas buenas, vi una exposición chachi,



aunque llegué tan tarde que me echaron fuera al poco rato con los pavos reales y no pude hacer las fotos clandestinas que quería,

y he estado en el Algarve de excursión, jajaajaj, con la asociación, me lo pasé guay, aunque me lié en el bar y no llegué a ver el Cementerio de Cacela a Velha, que por lo visto es impresionante, me gustan los cementerios, y ese tiene algo de especial aunque no sé qué es, hay mirillas para ver dentro de las tumbas, o algo, o fotografías, o algo (eso me lo contó una amiga que creo que no sabe muy bien qué hay) pero me da mucha rabia haberme perdido el cementerio, volveré, volveré). Luego estuvimos en la playa,



pero miren la toalla de Isabel, Isabel tiene vocación de Barbie.

Bueno, me voy pero esta vez volveré un poco más pronto, esta vez he tardado tanto en postear que el Blogger me ha pedido la contraseña para entrar, ya ni se acuerda de mí, espero que vosotros sí.... mañana leeré todos los blogs, sin falta. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!



domingo, mayo 7

 
Al salir de clase me dirigí hacia la Fiesta Rusa en el pabellón de Uruguay, un poco difícil porque no tenía ni idea de donde estaba el pabellón de Uruguay, pero después de mucho refunfuñar y bufar lo encontré, y entré, ahora estaba en el Pabellón de Uruguay pero no sabía dónde estaba la Fiesta Rusa, pero rápidamente oí, pues eso mismo, Oi Oi Oi, que salía de una puerta abierta con unas oscuridades detrás y claro, misión solucionada, hacia allí me dirigí. Y era genial la Fiesta Rusa, había un escenario, y en el escenario como unas veinte personas cantando canciones rusas, bueno, veinte personas y una choza, una persona disfrazada de choza, con su tejadito de paja y todo y más linda que todas las cosas, con los brazos saliendo de las ventanas y los pies para moverse y eso pero como muy pequeñito, y todos los otros muy grandes y él muy pequeño, y me enamoré al instante de la choza. Yo creo que era una escena de unos campesinos alrededor de su choza, bueno, en seguida se acabó porque yo llegaba exactamente una hora y treinta y cinco minutos tarde, pero me dio tiempo de partirme el culo con la chocita, eso sí, y de aplaudir, úf, cómo aplaudí, claro, como sólo llegué a tiempo para los aplausos, primero le aplaudí a la choza, del fondo del corazón, y luego a los cantantes, luego a la profesora de canto, luego a la profesora de ruso, luego al director de música, luego a no sé quién más y luego dijeron, hay una degustación de especialidades rusas y me fui corriendo como un esputnik, en plan sideral y rompiendo la barrera del sonido, a la mesa de las especialidades rusas que estaba en el vestíbulo. Donde vi a un gran número de estudiantes de ruso sacando cosas de bolsas de plástico, y eran las especialidades rusas.

Primero había unos tomates cósmicos, unos tomatitos asados que te metías en la boca enteros y hacían splafff en la lengua y estaban buenísimos, luego unas cosas redondas que no sabía qué eran, luego unos pepinillos tipo satélite girando alrededor de los tomates, y unos embutidos, unas lonchas rosas, y otras lonchas que parecían beicon crudo, y otros entes que no tenía ni idea de lo que iba a pasar cuando me las metía en la boca, ¿cuántas veces te pasa eso en el Bar Manolo? Y estaba todo buenísimo, pero lo más buenísimo de todo eran los tomates splafff. De esos comí por lo menos ocho o nueve, bastantes más de los que me correspondían, algunos eran pequeñitos y cabían sin dificultad en la boca, pero otros eran sobredimensionados y al hacerle a uno la cata con los dientes el supertomate hizo splouggggh y se esparció por los aires y por las camisetas de otros asistentes al buffet, y digo, ya es hora de irme (tened en cuenta que encima iba sola), no antes de probar un líquido ruso que había en una botella con un título que sabía leer pero no qué significaba y que un señor ruso me dijo que era cola, ya lo creo, cola de pegar.

Y me fui, pero me encantó la fiesta rusa 2006, iré a la 2007. Pero con tiempo, esta vez, y sabiendo lo que hay, y no sola, ¿os venís?



lunes, mayo 1

 


Lo peor de la Feria de Sevilla (pocas cosas):
Los pendientes que te violan y aplastan las orejas. El traje de flamenca de Jordi Labanda, el traje de flamenca oficial del Real Betis. Los trajes mesa camilla de hace 15 años. El hecho de que la Feria, así como la vida fuera de la Feria, sigue siendo de las delgadas, aunque no debe de ser así. Los codazos-porrazos-manotazos-rodillazos que das y recibes cuando bailas, producto de la masificación. La lucha por llegar a la barra. La caca de caballo en todas sus manifestaciones.







Lo mejor de la Feria de Sevilla (muchas cosas):
La falda de flamenca de los años sesenta que compré en una tienda de antigüedades, y que he estrenado este año. La güasa, absoluta y constante. Las cinco horas que vuelan como si fueran cinco minutos. Pastora. Los gritos y los abrazos que se dan con tu pareja después de bailar, o intentarlo. La mágica falta de resaca el día siguiente. El reencontrarse con gente como Daniela y Mark. Lo que me ha dicho mi ex-suegro, al encontrármelo en el camino para casa, "Sigues tan linda como siempre", esa noche soñé que me casaba con su hijo. El rebujito y sus hielitos, que son crujientes y nunca se deshacen. Lo que te emborracha el ambiente. Las varias maneras que hay (no debo decir esto) de colarte por el morro en casetas donde no conoces a nadie. La absoluta importancia de ir a la Feria, por encima de cualquier otra cosa. El sentirse parte, el formar parte, el ser parte de la Feria.





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