Jaja, postear para mí es lo mismo que pasotear, lo sé, lo sé, lo sé, pero ... no fue por exceso de sexo, ni siquiera por exceso de amor, ¡¡¡fue por un fallo informático!!!! Ya sé que no dejo de sorprenderos, pero es la triste verdad. Y ahora estoy escribiendo esto desde un Cíber.
El Cíbercafé, el lugar de mi barrio donde más palabrotas se oyen por segundo, el lugar donde si está toda la sala vacía y hay un solo tío jugando estruendosamente a los marcianitos te colocan a su lado, el lugar donde nada te dan y todo te venden, el lugar donde sólo vienes si no hay más remedio en este mundo - un momento -
- mierda mamón te voy a coger por los cojones hijoputa maricón ¡¡¡gooooool!!! -
- y bueno aquí estoy bajando lo que será mi próximo trabajo y mientras tanto ojeando un par de blogs, me he reido mucho con los coments, gracias y siento no visitaros más. Todo cambiará, vuelven los buenos tiempos desde ya, siiiiii ....
Cuando hay que trabajar en un sitio (y ha sido mi caso, ayer) (hoy no, menos mal) donde están de obras en el local de al lado, el pesimista se fija en los golpes, y el optimista se fija en los espacios entre golpe y golpe.
El pesimista para en los semáforos en verde porque sabe que se van a poner en rojo de todas formas.
El pesimista se queja porque hace frío en la nevera. El optimista acerca las manos a la bombillita, y sonríe.
El optimista nunca es tan optimista que cuando tiene un pesimista al lado.