Me levanto el jueves por la mañana con un pensamiento (un pensamiento, no una preocupación: es lo que hay), que tengo que conseguir primero un autobús que me lleve a Himara, y luego, cuando llegue a Himara un hotel, porque no tengo hotel, y eso puede ser complicado.
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Me atrevo con el autobús local (el de las sardinas) para llegar a la "estación de autobuses" de Vlora, que en este caso no es ni un descampado ni siquiera, no es nada, porque simplemente no hay, me encamino al sitio donde el autobús de Tirana me dejó hace dos días, que es de donde digo yo que podría salir. En el sardinabús (que esta mañana tiene pocas sardinas) me lío en conversaciones primero con el cobrador y luego con un chico con gafas de sol que habla muy bien italiano y que me dice que el autobús de Himara/Saranda no sale de donde digo yo sino un sitio al otro lado de la calle, y después de charlar un ratito me dice, si vas a Porto Palermo (pequeño destino entre Himara y Saranda), vete al Restaurante Porto Palermo, es mío, y diles que eres amiga de Tony, ¡te invitarán! Qué simpático, pienso, soy la amiga de Tony, y me bajo del autobús. Me coloco en el sitio que dice Tony y me dispongo a esperar que pase algún vehículo con destino Himara-Saranda. Son las 9'15 de la mañana. Hay un destartalado letrero que algún día debió de poner "Autobus Vlora-Saranda", yo tengo informaciones que sale sobre las 10, "vendrá a las 10" pienso,"soy la amiga de Tony, todo saldrá bien." Un señor vendedor con un puestecito a pie de calle me confirma que el bus sale de ahi. Un poco más adelante. Ahora toca sentarme sobre la maleta y esperar, cosa que hago, durante bastante tiempo.
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A las 9.45 un bus que parece que pone Saranda, pero no tengo la seguridad, llega en una nube de polvo y sale pitando ... desde el otro lado de la calle. No sé si ponía Saranda realmente y no me daba tiempo ir a investigar, no lo podría haber cogido. Sigo esperando.
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A las 9.55 dos señores se bajan de un ruinoso Mercedes al verme sentada en mi maleta y me preguntan si voy a Fier, que me llevan si quiero, pero no voy a Fier, voy a Himara. Había oído que pasaban cosas así en Albania. Y que te puedes fiar, que es normal. Hay que ver, pienso, esto es como cuando tenía 20 años y hacía autoestop. Y encuentro que me gusta la situación, aventurera y posiblemente arriesgada, igual que entonces, y la verdad es que me quedé con las ganas de que me llevaran a Fier en su desastre de Mercedes. (Habría sido una experiencia.) Y hay que ver, pienso también, que en una situación como esta te pones en manos de cualquiera. Y no sé qué va a pasar y siento que me voy a poner en manos de cualquiera. Pero lo que no quiero hacer es ponerme en manos de un hotelero de Vlora. Tengo que salir de aqui. Tengo que llegar a Himara hoy. Sigo sentada en la maleta, echándome a un lado periódicamente cuando algún Mercedes quiere aparcar. Pienso, si llegan las 10.30 y no aparece este autobús, voy a empezar a pedirles presupuesto a los taxistas. No será la primera vez que alguien haga eso en Albania. Estoy dispuesta a esperar, o a pagar, pero quiero salir de aquí.
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A las 10.25 oigo una voz que dice "¿Taxi?" y me doy la vuelta. Explico a grandes rasgos (los que me permite mi albanés) que es que me quiero ir a Himara, pero que no viene el autobús, y que cuánto sería... el taxista amablemente me dice que 6000 leke, 50 euros, me hace la conversión y teclea todas las cifras en su teléfono móvil para que no haya duda.
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En la situación en la que estoy, me parece una ganga. Me voy con él.

El taxista, que se llama Enver, es genial. Al principio del viaje parece que va a confirmar todo lo que había leído sobre los conductores albaneses, conduce como los demonios, hay un mega-atasco para salir de Vlora pero no hay problema, s'ka problem, él va alegremente por el otro lado de la calle adelantando a todos hasta que salgamos de la ciudad, ea, bien, y qué bonitas las playas, qué bonito el mar, qué oscuro el túnel, qué malo el tráfico, me doy cuenta de que sé hablar albanés.
Menos mal, porque Enver no habla otra cosa.
El paisaje entre Vlora y Himara es precioso. Las montañas son impresionantes. Ah, y también es un poco impresionante el roto del parabrisas ¿verdad? pero claro, si sólo está en el lado del pasajero no afecta nada... le pregunté a Enver si ha tenido algún accidente, pero no, dice que es por un bache que pilló en una calle del centro. Y me lo creo!!

En un pueblito un señor mayor a pie de carretera agita los brazos desesperadamente cuando ve el taxi, y Enver me dice que si me importa que lo recojamos, claro que no.

El señor mayor me supone un alivio porque ahora ellos dos pueden hablar normal un rato y yo puedo descansar y dejar el diccionario de lado un momento, le pido si le puedo hacer una foto y se siente todo orgulloso, además saca un recorte de prensa donde sale una foto suya con el alcalde o algo, la llevaría siempre con él, pero no entiendo lo que pone el titular. Se baja en una venta que hay en un parque nacional, Enver consigue sacarle unas monedas pero está un poco cabreado porque por lo visto el individuo quería pagarle con una cerveza en el bar, jajaja. Este parque nacional (me explica Enver) es famoso por la calidad de su agua, y paramos para tomar agua (el taxi, primero, y luego nosotros).
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Es un entorno precioso, el parque tiene un bareto con mesas entre los árboles, y vistas, la camarera me trae un vaso de agua buenísima pero de repente el agua se convierte en cerveza, o sea que nos tomamos una cerveza sentados en una de las mesas. Y la cerveza (Tirana, de producción nacional) está igual de buena que el agua, vamos, que prefiero la cerveza. "¡Vámonos!" dice Enver de repente, y nos terminamos la cerveza en el taxi.

El viaje es divertidísimo. Ah, se me olvidó deciros que al final Enver sí conducía bien, son carreteras malas pero en cuanto salimos de los atascos de la ciudad ya no iba como un loco. Eso sí, que comparte la típica despreocupación que tienen los albaneses por dejar basura por todo su paisaje, abre la ventanilla y tira la botella de cerveza... y no entiende bien mis gritos de horror... pero luego cuando ve una papelera campestre a pie de carretera (y que vaciarían una vez cada cinco años o algo así) para el coche para que yo pueda tirar la mía... Resultó que nació en el mismo año que yo, motivo de mucha alegría, y le explico (bueno le intento explicar, porque es un poco dificil si no sabes el tiempo pasado) (ni el presente, la verdad sea dicha) que un año en Sevilla hice una fiesta para toda la gente nacida en el mismo año... que él podría haber venido... pues nada, un viaje muy divertido, y los paisajes estupendos:

(y aquella banda blanca que se ve en la distancia en la segunda foto es la playa).
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A la altura de Dhermi (otro pueblecito costero interesante) adelantamos al autobús que yo ví cuando estaba en la supuesta parada hace dos horas. Y sí ponía Saranda. Hay que ver, Tony y el vendedor.... Pero me alegro de que no lo haya cogido. Me gusta más este viaje. Sí.
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Nos acercamos ya a Himara, y le explico mi problema, que no tengo hotel. Que había intentado reservar uno desde España, pero que era imposible.... úf, dice Enver (o algún equivalente en albanés), eso sí que es un problema. Me da algún número de teléfono, que llamo, pero que no funciona (eso también es normal en Albania), sugiere llevarme a otro pueblo costero que no sea Himara, que puede ser más fácil encontrar algo, pero para mí tiene que ser Himara porque el día siguiente tengo que ir en autobús desde allí a Saranda... pero el tema del hotel es muy dificil. Me estoy preparando para dormir en un búnker. Pero "Ah", dice Enver, "tengo una idea......................"
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(El post se está haciendo un poco largo así que .... seguiré en otro post, dentro de muy pocos días. El próximo episodio será: "Albania (4): Himara, una noche entre cabras."
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