Primero, gracias por vuestros comentarios sobre mi post de ayer donde expuse mis problemas vegetales. Aparte de solucionar conflictos internos y abrirme los ojos a cómo se enfrentan los demás a apuros similares, me habéis hecho sentir una vez más que NO ESTOY SOLA!!! A Guarni se le metamorfosean los billetes, Fernando ha tenido alguna que otra experiencia con un Pimiento Kinder, José me ha informado acerca de lo que puede salir de dicha verdura cuando eclosiona ... me informáis, y de paso me mandáis muchas sonrisas y muchas risotadas. Entre todos haremos el cuento de ciencia ficción, y cosas peores se han llevado al cine, ¿verdad?, igual nos llama Steven Spielberg.
Hablando de soledad y cine, ah, espérate, no, hablando de mercados, tenéis que hacerle una visita a Violeta para ver la foto de Portugal que colocó el otro día en su blog, es desternillante, lo de la venta ambulante. Tenéis que escrolear un poco hacia abajo, está en el post del 24 de agosto. Y de paso os quedáis a leer su blog y la saludáis también.
Hablando de soledad y cine, es una cosa extraña que yo vaya al cine porque no tengo el hábito, aunque sí me gustan mucho los cines de verano (en la oscuridad me agobio si no tengo una cervecita en la mano, y en los cines de verano no hay ni oscuridad ni agobio, y hay toda la cervecita que quieras, con selecta nevería y todo por si te entra hambre), bueno, pues este año he visto Polígono Sur y quería ver también Al Sur de Granada, como véis sólo voy a películas que tengan la palabra Sur en el título. La echan esta noche y las 2 amigas que se venían conmigo se han rayado aduciendo distintas indisposiciones así que me parece que voy yo solita.
Hace la mar de tiempo que no salgo sola. Antes lo hacía bastante, ahora afortunadamente tengo más amigos y menos inquietudes de ese tipo, pero cuando salía a dar una autovuelta me dedicaba a darle pues eso, muchas vueltas, que si cuando una mujer sale sola no es lo mismo que cuando lo hace un hombre, porque no lo es en absoluto, otro día os hablaré largo y tendido de esto si no me os dormís todos, pero voy a pegar algo aquí que escribí en el 97 cuando escribía mucho de estos temas. (Feo, te mando el libro mañana sin falta, te lo juuuroooo). Tengo mucho sobre el asunto, voy a buscar algo, un momento ...
Aquí está:
Es que … mira, he pensado una cosa, sobre lo de salir solo/a. Mis emociones de mujer me lo dificultan enormemente. Un hombre puede ir a un sitio donde pueda que se encuentre con algún conocido, y estar allí tomándose la cerveza tranquilamente hasta que llegue alguien, sin alterarse, sin cambiar de humor, sin sentirse mejor ni peor. Yo, en cambio, si no hay nadie, empiezo – desde la alegría inicial – a sentirme un poco aburrida, luego conspicua, luego rara, luego avergonzada, luego introvertida, y luego deprimida y ya si llega algún conocido prefiero esconderme. Pues es verdad, eso no le pasa (o no tan rápido) a un hombre. Quizás hay algo en estos antiguos prejuicios, yo ahora mismo siento que he perdido toda la fe en la igualdad de los hombres y las mujeres. Bueno, otro prejuicio mío, que si las mujeres no pueden ser iguales – que en el fondo creo que no pueden – que yo sí puedo serlo. Es absurdo, pero creo en eso. Cuánto camino hay. De progreso y de recaídas.