Pues todos los que habéis votado por el Zorro ...... habéis perdido. Efectivamente el zorro es el más buenorro pero ... mi amante era el verde. Buho, Carmen y Javi, ya me pongo en contacto con vosotros para entregaros personalmente vuestros fabulosos premios. Muchísimas gracias a todos por participar y por tomar interés en si yo me acostaba con un zorro, un verde o una momia hace dos décadas.
¡Vuelvan a esta página, habrá más concursos próximamente! (Los seguiré haciendo hasta que Mafer gane algo).
No te puedes fiar de nada en esta vida, y menos de las frutas y verduras. ¿Qué pasa con el mes de agosto que me tienen que dar gato por liebre vegetalmente cada vez que me acerco a una tienda? Primero fue el limón. El limón la compré el otro día para aliñar mis ensaladas, compré un solo limón y escogí el ejemplar más grande, hermoso y amarillo que había, un limón modelo, vamos. ¿Qué puede fallar?, pensarás. Pues que dentro del limón modelo había una asquerosa papilla verdinegra, con la que aliñé mi ensalada, por supuesto, pero ... ya he vuelto al vinagre.
El día siguiente, fue el pimiento verde. Al ir a cortarlo para otra ensalada me fijé en que el pimiento verde hacía ruido, cosa extraña, sí, bueno, el ruido lo hacía cuando lo sacudía, no cuando estaba quieto sobre la mesa, eso sí sería extraño, que me hablara o algo así, pues al sacudirlo hacía un ruido como que tenía algo dentro, ¡me ha tocado un regalo! pensé, y cuando lo abrí ví que estaba invadido por dentro de repulsivos corpúsculos negros (podría hacer un relato de ciencia ficción con el pimiento verde ¿verdad?), había que tirarlo, y ahora cada vez que voy al Más y quiero comprar un pimiento me lo acerco a la oreja y lo meneo un poco primero. Puede que la gente me mire raro pero me da igual, es tan lógico como oler los melones o palpar los aguacates, ¿no?
Bueno, lo siguiente fueron los champiñones podridos, ya os he hablado de ellos en mi post del viernes. Todo esto ocurrió en el Más (Martín Andaluza de Supermercados, los que vivís al norte del Despeñaperros os libráis de tales establecimientos), así que tomé la decisión de organizarme un poco para salir por la mañana y comprar en el Mercado de Los Remedios, y así lo hice, ayer. Le pedí al hombre un limón, cuatro puerros, un par de manzanas y una lechuga, pagué, me fui, iba por la calle, busqué debajo de la lechuga, extraje una manzana y empecé a comerla, hasta aquí todo bien, llegué a mi casa, abrí la bolsa y descubrí que mi limón, mis cuatro puerros y mi par de manzanas se habían metamorfoseado en dos kilos de manzanas, un kilo de melocotones y cuatro plátanos, virgen santa, ¿qué me pasa con las verduras? A lo mejor compré por sugestión desde el inconsciente o algo, porque allí en el mercado estaba pensando, hay que ver, nunca compro fruta y debería comprar fruta, así que nada, ya me he tomado una macedonia de tres frutas y un batido de melocotón y plátano, era riquísimo, por cierto, me voy a echar otro, un momento ...
Uy qué bueno está. Creo que yo salí ganando y el despistao de la plaza me ha hecho un favor, volveré a comprar allí.
Bueno, hacía tiempo que no colgaba un post con temas marujiles. La variedad es la clave, no conviene hablar de sexo todos los días, no. Un descanso me viene bien. Mañana, 50 recetas con champiñones podridos y 1001 usos para un limón pasado y un pimiento sonoro.