Pues aparte del enoooorrrme problema que he generado dejando mi crema antiarrugas en el piso de mi amiga, el fin de semana ha ido muy bien muy bien muy bien.
Imaginaros, el viernes a las 2 de la tarde les mando un e-mail a los de mi trabajo que es el equivalente a un corte de mangas virtual, espérate, voy a buscar el e-mail real para citarlo textualmente,
ay no puedo, me da vergüenza, es todo como en tono, ah, me "tengo que" ir a la playa y que voy a recuperar el tiempo y cosas de esas, no lo voy a poner.
Bueno, que a las 2 de la tarde el viernes nos largamos mi amiga Catt y yo, Catt es una buenísima amiga y la más antigua que tengo aquí en Sevilla, hace ya más de 13 años desde el primer día que la ví y llevaba pendientes de gatos y había escrito en un papel, "Me hubiera gustado ser actriz" y quise ser su amiga y lo fui y lo sigo siendo. Si, ella desaparece de vez en cuando durante varias semanas como todo gato que se precie, pero la amistad sobrevive a todo, igual que las cucarachas, vamos. Ella es una buenísima amiga.
Pues fuimos en su supercoche a su superpiso en la superplaya (¿a que sé elegir bien mis amigos?) después de pasar por un superatasco, claro, y a la hora de comer ya estamos en El Puerto de Santa María.
Después de zamparnos la mitad de las reservas de fauna acuática de la costa de Cádiz volvemos a casa y dormimos una siesta de tal magnitud que ni llegamos a la playa ni nada. Ya era casi de noche cuando conseguíamos mantenernos de pie sin ayuda de los marcos de las puertas etc.
Pues nada, ¿qué le vamos a hacer? pues salir a cenar, claro. Y la suerte quiso que diéramos con el mejor bar de todo El Puerto, uno griego-libanés que encima tenía una mesa libre y pudimos seguir zampándonos cosas. Estupendo. Y luego nos fuimos de bares, allí hay una selección magnífica de bares, algunos (muchos) preciosos porque parece que la política que tienen es de coger edificios insignes de otros tiempos como la antigua Lonja del Pescado, la Casa de Indias, un convento, y convertirlos en bares pero no a lo bestia sino con muchísimo gusto. El bar El Convento es una joya con toda su memorabilia religiosa, sus distintas habitaciones iluminadas por velas y unos árboles antiquísimos y preciosos creciendo en los patios que tiene, nos gustó todo de ese bar menos la música de David Bisbal. Ah, pero pudimos comprobar cuánta verdad (muchísima) hay en los comentarios de Dane (9 de Julio) sobre la canción sadomasoquista esa de Operación Triunfo ...
Volvimos a casa a las tres y media de la mañana, ya sé que no es muy tarde, pero nosotras no somos nada aburridas, somos chicas activas, modernas y muy solicitadas y la noche no termina cuando nosotras nos acostamos... porque ¡tenemos los móviles! A las 3 y media yo pongo un mensaje, a las 4 y media a ella le llaman, a las 5 y media a mí me ponen un mensaje ..... y así toda la noche ... (alucinaros Paz y Pastora, grandes enemigas de los móviles ....)
Y al día siguiente, la gran prueba. El bikini de ... hace ... unos ... años ....
Pues el bikini de hace unos años era muy bonito eso sí pero no tenía ni el vago recuerdo de lo que había sido un elástico. El elástico se deshacía en goma líquida (no conocía ese fenómeno) y se mantenía sobre todo con la fuerza de la imaginación (menos mal que tengo imaginación). Tanto que no me atrevía a meterme en el mar pensando que ya no saldría, bueno, que yo sí saldría pero el bikini no. Sobre todo la parte de arriba, frágil, transitorio y efímero, perecedero, frágil y fugaz (jó qué bien disponer de un buen diccionario de sinónimos), y un poco la parte de abajo, porque me imaginaba entrando en el mar y sabía que NO me iba a pasar como con los pantalones del Increible Hulk .... no, no, bañarme no, todo tiene sus límites. Así que me quedé en la playa quemándome y muy bien, hice caso omiso a la sombrilla casi toda la mañana (que no era una mañana muy larga si tomas en cuenta la hora a la que nos levantamos) y yo terminé más morena que Catt y en menos tiempo.
Después comimos estupendamente, dormimos una extendidísima siesta que incluía algunas horas de conversaciones por mensajes en el móvil (que no se os olvide que somos chicas modernas y solicitadas), y hala, a dar un paseo y ya es de noche otra vez, y pasamos la noche comprando cosas en la Feria del Libro y de la Artesanía y después fuimos a El Convento, porque claro, somos dos chicas buenas.